Este “cántico
gradual” que el pueblo de Israel entonaba en compañía ofrece varias sugerencias
sobre lo que es y debe ser una asamblea de Dios en los tiempos presentes. David
cantaba que él se alegraba con los que le decían, “A la casa de Jehová iremos”.
Veamos qué esperaban ellos encontrar allí.
La
casa de Jehová, versículo 1
La asamblea es
el lugar de la presencia del Señor; Él está en medio donde haya dos o tres
congregados en su nombre; Mateo 18.20.
Una
ciudad que está bien unida entre sí, v.3
La figura es de
orden, actividad y desarrollo. Así será la asamblea donde impera el control del
Espíritu. Allí hay conciudadanos de los santos”, y el edificio espiritual está
bien coordinado y va creciendo.
Allá
subieron las tribus, v.4
No es sólo que
el pueblo de Dios sea congregado en una asamblea o iglesia local, sino que la
debida condición allí les lleva hacia arriba a vivir en los lugares celestiales
con Cristo Jesús.
Conforme
al testimonio, v.4
Una congregación
del pueblo de Dios es un candelero de oro que alumbra en las tinieblas,
Apocalipsis 1.13. El reto es que seamos “irreprensibles y sencillos, hijos de
Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la
cual resplandecéis como luminares en el mundo”, Filipenses 2.15.
Para
alabar, v.4
“Con gozo dando
gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los
santos en luz”, Colosenses 1.12*.
Las
sillas del juicio, v.5
La asamblea es
un lugar de disciplina; “es tiempo de que el juicio comience por la casa de
Dios”, 1 Pedro 4.17. Estas “sillas” en el Salmo son “los tronos de la casa de
David”, conduciéndonos al pensamiento de Cristo reconocido como Señor soberano,
la cabeza de la iglesia; Colosenses 1.18.
Pedid por la paz,
v.6
Es un lugar de oración colectiva.
En Hechos 2.42 “las oraciones” figuran como una de las actividades
fundamentales en las cuales perseveraba la primera asamblea, la modelo.
Los
que te aman, v.6
Había devoción al lugar donde
Jehová había puesto su nombre, que en el Salmo es Jerusalén. Salomón había
orado en cuanto a ese templo: “… que estén tus ojos abiertos de noche y de día
sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí”, 1
Reyes 8.29. Donde hay amor sincero al Señor, lo habrá por el lugar donde Él ha
puesto su nombre en el día de hoy.
La
paz dentro de tus muros, v.7
Vemos en esta expresión una
evidencia de la separación. En Nehemías 3 leemos del celo que había para
construir los muros y las puertas en derredor de la casa de Dios, todo con el
fin de proteger al pueblo de Dios adentro y asegurarse de que el enemigo se
quedara afuera.
Descanso
dentro de tus palacios, v.7
Los que estaban por dentro eran
altamente favorecidos. Mientras que Israel obedecía a los estatutos de Jehová,
El cumplía sus promesas en cuidarles y favorecerles; pero, cuando le dieron la
espalda, El quitó su protección y ellos cosecharon las amargas consecuencias de
su infidelidad. Si nosotros deseamos ver la bendición suya sobre nuestras
labores, y contar con él en medio de nosotros, entonces tenemos que cuidar
nuestro primer amor y darle a él el lugar que le corresponde “dentro de su
palacio”.
Por
amor de mis hermanos, v.8
La asamblea es un lugar de lazos estrechos de
comunión. Nunca debemos dejar que los lazos terrenales estorben los
costosísimos nexos espirituales que el Señor compró con su sangre en el
Calvario. Una parcialidad manifestada, por ejemplo, en una cuestión de
disciplina, o en cualquiera de las tantas actividades de una congregación, ha
resultado ser muchas veces la causa de problemas profundos.
La
paz sea contigo, v.8
Por tercera vez
en este salmo corto encontramos una mención de la paz. Jerusalén quiere decir
“fundado en paz”. Es una cualidad que debe caracterizar de una manera especial
una asamblea del pueblo del Señor. La fundación firme la echó el Señor mismo,
habiendo hecho la paz por la sangre de su cruz.
Él quiere que la paz gobierne
nuestros corazones. ¿No debe esta misma paz manifestarse en la iglesia local?
Buscaré
tu bien, v.9
La
asamblea es también el objetivo de los propósitos más nobles del pueblo del Señor.
Podemos manifestar éstos por nuestra presencia en las reuniones, por el ejemplo
que damos a los demás en nuestra conducta, y por lo que aportamos a la asamblea
en lo espiritual y en lo material.
Nota: * En
Colosenses 1.12 al 22 encontramos siete razones por estar agradecidos, y ellas
nos hacen saber qué es la Cruz para el creyente en Cristo:
Ø nos hizo aptos
Ø nos ha librado de la potestad de las tinieblas
Ø [nos ha] trasladado al reino de su amado Hijo
Ø tenemos redención
Ø el perdón de pecados
Ø haciendo la paz
Ø nos ha reconciliado
En la misma
sección de la Epístola hay nueve superioridades de nuestro Señor:
Ø primogénito de toda creación
Ø en él fueron creadas todas las cosas
Ø él es antes de todas las cosas
Ø todas las cosas en él subsisten
Ø él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia
Ø el primogénito de entre los muertos
Ø para que en todo tenga la preeminencia
Ø en él habitase toda plenitud
por medio de él reconciliar consigo todas las cosas.
Santiago Saword
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