domingo, 16 de octubre de 2022

MUJERES DE FE DEL ANTIGUO TESTAMENTO (10)

 


Rahab

"Por la fe Rahab la ramera no pereció... habiendo recibido a los espías en paz". (Hebreos 11.31)

La historia está en Josué 2, 6.22-25, Hebreos 11.31 y Santiago 2.25.


Dos hombres extraños llegaron a una casa situada sobre el muro de la ciudad de Jericó donde vivía una mujer que se ganaba la vida con su prostitución. Esa mujer se dio cuenta de que ellos no eran como los demás hombres que entraban por su puerta porque no se fijaron en ella, sino que miraron cuidadosamente a los campos alrededor.

Dios le había prometido la tierra de Canaán al pueblo de Israel, pero bajo el mando de Josué tenían que conquistarla primero. En preparación para la invasión, Josué mandó a aquellos dos espías a que fueran secretamente a reconocer la tierra. Cuando llegaron a la ciudad de Jericó se hospedaron en casa de Rahab. La Biblia no dice por qué los espías escogieron aquella casa sobre el muro de la ciudad, pero sin duda habían sido guiados por el Señor.

La historia de los milagros que Dios hizo a favor de los israelitas cuando salieron de Egipto y atravesaron el desierto, y la manera en que Dios los ayudó a destruir a sus enemigos, era bien conocida en la tierra de Canaán. Así que la gente estaba aterrorizada ante la llegada del pueblo de Israel.

Pero Rahab la ramera, aunque reconoció la identidad de esos visitantes, les dio albergue en su casa. Los escondió en su techo Y declaró su fe en el Dios verdadero, diciendo: "Sé que Jehová os ha dado esta tierra... Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos Y abajo en la tierra" (Josué 2.9, 11).

Sinceramente convencida de que el Dios de Israel era el verdadero Dios, en un momento de crisis, la mujer tuvo que decidir si los iba proteger en su casa. Cuando arriesgó su vida recibiendo a los espías y traicionando a su propio país, estaba mostrando la realidad de su fe. Lo que creía de corazón le dio valor para actuar.

'Tenemos nosotras la valentía que movió a Rahab? ¿Pensamos en nuestra propia responsabilidad en el mundo corrompido en que vivimos? ¿Estamos dispuestas a obedecer al soberano Dios antes que a los hombres?

El rey de Jericó supo que esos hombres eran espías que habían llegado para reconocer el país y mandó mensajeros a decirle a Rahab que los sacara fuera. Ella dijo que ellos ya habían salido de la ciudad. Los hombres de Jericó los buscaron por los lados del Jordán y fue cerrada la puerta de la ciudad.

La Palabra de Dios no aprueba su mentira. Rahab no fue justificada por sus palabras, sino por sus obras (Santiago 2.25). Es interesante notar que en el Nuevo Testamento no se dice nada de sus mentiras, pero ella es alabada por su fe: "Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz" (Hebreos 11.31).

Esta mujer había escondido a los espías en el techo de su casa y antes de que se durmieran les declaró su fe en Dios. Más tarde, al pensar que un favor merecía otro, pidió una señal de que ella y su familia no iban a perecer juntamente con los desobedientes. Los espías prometieron que, si ella ataba una cuerda roja en la ventana y si su familia se quedaba dentro de su casa, ninguno perecería. "Cuando Dios nos haya dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad", dijeron los espías.


Entonces Rahab los bajó por la ventana después de decirles que se fueran hacia el oeste, al lado de las montañas. Se escondieron allí tres días y luego cruzaron el Jordán llevando buenas noticias al líder Josué, diciendo que Dios había entregado la tierra de Canaán en sus manos.33

El pueblo de Israel fue guiado por Dios a seguir adelante en su marcha. Cargando el arca del pacto cruzaron el río Jordán. Jericó estaba muy cerrado por temor a los israelitas que rodearon la ciudad por siete días. El séptimo día lo hicieron siete veces y el muro se derrumbó (Hebreos 11.30).

La fe de los que rodearon la ciudad fue la fe que preservó la vida de Rahab y su familia. "Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz". La obediencia de Rahab fue impulsada por su fe en Dios (Hebreos 11.13). Rahab "fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino" (Santiago 2.25).

Rahab fue salvada cuando Jericó cayó. Pero para ella su fe en el verdadero Dios implicó recibir a los espías, dejar su lealtad a su pueblo natal y ponerse al lado de los israelitas invasores que ella creía que eran el pueblo de Dios. Rahab no fue una traidora. De la misma manera, cada creyente en el Señor debe dejar el mundo y seguir a Cristo, aceptando el reto de vivir de acuerdo a su voluntad.

"La Biblia es un libro tan imparcial que relata los hechos como son". Esta es la historia de una mujer que antes vendía su cuerpo por dinero, pero luego por la gracia de Dios recibió misericordia, perdón y bendición. Ella confió en Dios, mostró su fe con sus hechos y rompió con su vida pasada. Tres veces es nombrada en el Nuevo Testamento: en Hebreos I I en la lista de algunos de los que fueron justificados por fe, en Santiago como justificada por obras y también encontramos a Rahab en Mateo I en la genealogía de nuestro Señor Jesucristo. Rahab se casó con Salmón, que posiblemente fue uno de los dos espías. Fue la madre de Booz, un hombre honrado, y la nueva suegra de Rut, una antecesora de David de cuyo linaje nació el Salvador del Mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario