domingo, 26 de marzo de 2023

EL PROFETA JOEL(4)

 

LOS EVENTOS DEL DÍA DEL SEÑOR:

LOS ENEMIGOS DE ISRAEL JUZGADOS Y EL REINO ESTABLECIDO

                                                                                                                                                                   Arno Gaebelein 

                  

1.   El juicio de las naciones (3:1-8)

2.   Las anteriores guerras de las naciones y como terminaran (3:9-16)

3.   Jehová en medio de Su pueblo (3:17-21)

 

Vv. 1-8. El primer verso especifica el tiempo cuando Jehová hará lo que anuncia en los dos versos que siguen. Esto será en aquellos días, en ese tiempo, cuando la cautividad de Judá y Jerusalén termine. Claramente entonces hasta ese tiempo esto no puede verse, porque la cautividad de Su pueblo aún no ha terminado. Ellos todavía están dispersos entre las naciones de la tierra. Es futuro el tiempo cuando la cautividad de Judá y Jerusalén termine. Israel, las diez tribus no son mencionadas aquí, pero están incluidas en esta profecía; ellos de igual manera serán restaurados. Joel solo menciona a Judá, porque Su profecía fue dirigida a Judá y Jerusalén. La cautividad, o dispersión, que es la misma cosa, del pueblo de Israel no terminará hasta que el poder divino cumpla esto de acuerdo a las muchas promesas de la palabra de Dios. Y cuando al final los cielos no estén más silenciosos y Jehová en Su poder comience a cumplir Sus promesas y su cautividad termine, esto significará el juicio para las naciones.

Es Jehová mismo quien habla, y dice lo que va a hacer en ese día, cuando se levante y tenga misericordia de Sión. "Reuniré a las naciones y las traeré al valle de Josafat." Cómo Él reunirá a estas naciones y cumplirá Su propósito es revelado en los vv. 9-12. Por tanto, ahora pasamos por alto esto hasta que lleguemos a la segunda parte de este capítulo. Pero aquí también es mencionado el lugar donde este gran juicio de naciones será ejecutado. Este será en el valle de Josafat. La palabra traducida "Jehová juzga." Este nombre ocurre en otras partes de la palabra de Dios. El rey Jehú fue hijo de Josafat y él fue el hijo de Nimsi (2 rey 9:2). Los significativos nombres del rey que tenía que juzgar, porque Jehú significa "Él es Jehová;" Josafat, "Jehová juzga;" y Nimsi, "Jehová revela."

En 2 Crón. 20 leemos el relato de la victoria del rey Josafat sobre las naciones hostiles. Pero el lugar donde esto tuvo lugar no es el valle de Josafat, sino el que se llama "Beraca", es decir, bendición.

Mencionamos esto porque algunos expositores han demandado que el lugar donde el rey Josafat trajo juicio sobre estas naciones es el valle del cual habla Joel.

El valle de Josafat puede ser visto en la inmediata vecindad de Jerusalén. Este es generalmente situado en el valle del Cedrón al oriente de Jerusalén. Este puede aún no estar en existencia. En Zac. 14 leemos acerca de los mismos eventos que son aquí predichos. Cuando el Señor aparezca Sus pies se posarán en el monte de los Olivos. El monte de los Olivos entonces se partirá en medio y se formará un gran valle (Zac.14:4). Este gran valle puede ser aquel donde el Señor juzgará a las naciones.

En el valle de Josafat el Señor tratará con las naciones y Su juicio será a causa de Su pueblo y heredad, Israel. Las naciones lo han dispersado y se han repartido Su tierra. Ellos han tratado a Su pueblo como esclavos, arrojado suerte sobre ellos, vendido a sus niñas por vino.

El gran pecado de las naciones, de los poderes gentiles, es el pecado contra Israel. Esto es repetidamente mencionado por los profetas de Dios. El fundamento del juicio de las naciones del cual habla nuestro Señor en Mt.25 de igual modo es el tratamiento de los judíos. Lea también Salmos 79:1-3; 83:1-6; Isa. 29:1-8; 34:1-3; Jer. 25:13-17; Zac. 1:14-15; 12:2

En el día de Joel tal maldad como la que se describe aquí de arrojar suerte por Su pueblo y vender a sus niños fue parcialmente conocida. Los filisteos han hecho esto, como también Tiro y Sidón. Pero estas palabras fueron cumplidas durante la cautividad babiloniana y en aquella gran dispersión que fue producida por el imperio romano. Después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 ocurrió la misma cosa hablada por el profeta. Casi un millón y medio de seres humanos perecieron en Jerusalén y la tierra en esa terrible guerra. Sobre 100.00 fueron tomados prisioneros. Estos cientos de miles de judíos fueron tratados por Tito, de acuerdo a Josefo, de la siguiente manera: Aquellos bajo17 años de edad eran públicamente vendidos; el resto, algunos eran ejecutados inmediatamente, otros llevados a trabajar a las minas en Egipto (que era peor que la muerte) , otros guardados para espectáculos públicos de lucha con bestias salvajes en todas las principales ciudades; solo los más altos y hermosos eran reservados para la entrada triunfal en Roma." Los judíos eran vendidos por un pequeño precio como una medida de cebada; miles fueron tratados de este modo," Y podría añadirse de la historia de los siglos, las crueles y terribles persecuciones que la heredad de Dios ha sufrido, miles y miles de masacrados, torturados, ultrajados y vendidos como esclavos. ¿No hemos visto recientes horrores en Alemania? Y la historia aún no ha terminado. Estallidos de odio contra la heredad de Israel todavía han de manifestarse hasta que llegue el tiempo de angustia para Jacob que eclipsará todos sus sufrimientos anteriores. Este será un tiempo de tribulación tal como no lo ha habido desde el comienzo del mundo ni lo habrá jamás (Mt. 24:21). El día vendrá cuando Dios juzgará a las naciones por el mal que han hecho.

 

Vv. 9-16. Esta es una profecía que muestra lo que precede al juicio de estas naciones. El juicio de Jehová de los ejércitos, los ángeles, son vistos como viniendo, entonces Él aparecerá en toda Su majestad, mientras el sol y luna se oscurecerán. Esta es una gran escena dramática que despliega el Espíritu Santo. Ordenamos esto, añadiendo los diferentes personajes que hablan, para manifestar su pleno valor:

El Señor hablando:

» ¡Proclamad esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a los valientes!

¡Acérquense, vengan todos los hombres de guerra!

10 Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces y diga el débil: "¡Fuerte soy!"

11 Juntaos y venid, naciones todas de alrededor, y congregaos. ¡Haz venir allí, Jehová, a tus fuertes!

12 Despiértense las naciones y suban al valle de Josafat, porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor.

 

El Señor a su ejército de juicio:

13 Meted la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno y rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos.

 

El profeta viendo la reunión

14 Muchos pueblos en el valle de la Decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la Decisión.

15 »El sol y la luna se oscurecerán,

y las estrellas perderán su resplandor.

16 »Jehová rugirá desde Sión, dará su voz desde Jerusalén y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, la fortaleza de los hijos de Israel.

17 Entonces conoceréis que yo soy Jehová, vuestro Dios, que habito en Sión, mi santo monte. Jerusalén será santa y extraños no pasarán más por ella.

18 »Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, de los collados fluirá leche y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas. Saldrá una fuente de la casa de Jehová y regará el valle de Sitim.

19 Egipto será destruido y Edom será vuelto en desierto asolado, a causa de la injuria hecha a los hijos de Judá; porque derramaron en su tierra sangre inocente.

20 Pero Judá será habitada para siempre, y Jerusalén por generación y generación.

21 Yo limpiaré la sangre[o]de los que no había limpiado. Y Jehová morará en Sión».

 

A través de toda la palabra profética leemos que grandes naciones confederadas se opondrán a Dios y Sus propósitos cuando esta edad termine. Allí habrá una gran confederación occidental, el restaurado imperio romano. (Ver anotaciones sobre Dn.2 y 7). También habrá una alianza de naciones del norte. Esta es la que está en vista aquí. Consulte el Sal. 2; 68:1-6; Isa. 29:1-8; 34:1-3; Jer. 25:29-33; Ezeq. 38; Zac. 12,14, y Apoc. 19:19. El juicio entonces cae sobre estas naciones que se oponen. El juicio es mencionado como segando y pisando el lagar, lo mismo que en Apoc. 14:14-20.

 

Vv. 17-21. Como casi todos los otros libros proféticos, Joel termina con la visión del reino y con Jehová morando en medio de Su pueblo. Él aparecerá en toda Su gloria. Jehová será un refugio para su pueblo. Cuando ellos lleguen a ese conocimiento que largamente han rechazado, que Jehová libertador es su Dios. Pero el Jehová que aparece allí no es otro que el Señor Jesucristo, aquel que estuvo en medio de ellos y fue entregado por Su pueblo para ser crucificado. ¡Qué día será aquel cuando "ellos miren a aquel que traspasaron y se lamenten por él"! (Zac. 12:10) Él morará en Sion, el monte de gloria. La gloria desde arriba encontrará un lugar de descanso sobre esa santa montaña.

Allí Él será entronizado como Rey (Sal. 2:6). Desde allí la gloria se extenderá sobre todo (Isa. 4; 5, 6; Sal. 68:16). "Porque Jehová ha escogido a Sion; la ha deseado como su habitación. Este es mi descanso para siempre; aquí moraré porque lo he deseado" (Sal. 132:13-14). Este es el Sion literal y no algo espiritual. Aun buenos expositores de la Biblia han perdido de vista esto. Un buen comentador dice: "Porque Sion o Jerusalén de la tierra de Palestina, ciertamente no es la Palestina terrenal, sino la santificada y glorificada ciudad del Dios viviente, en la cual el Señor estará eternamente unido con Sus redimidos, la santificada y glorificada iglesia." Tal exposición emana de ignorar los propósitos de Dios Su pueblo terrenal y por no dividir justamente la palabra de Dios.

Joel también habla del juicio que caerá sobre Egipto en ese día. Isaías también habla del juicio, pero a través de él aprendemos que Egipto se volverá a Dios y el Señor en gracia lo sanará (Isa.19). Judá permanecerá para siempre.

Su pueblo será limpiado. Jehová, nuestro siempre bandito Señor, morará en Sión. El feliz y glorioso estado de la tierra prometida y de toda la tierra durante el milenio es de este modo concisamente declarado. Porque cuando Él reine allí en justicia y paz; la gloria cubrirá la tierra como las aguas cubren el mar. De este modo termina la gran visión de Joel, el h de Petuel. Pueda el ojo de la fe ver estas benditas revelaciones y podamos vivir en anticipación de lo que pronto tendrá lugar.


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