viernes, 31 de octubre de 2025

La Salvación, Una Introducción: La Redención

 Puntos clave


·         La redención significa que Dios recupera la posesión de algo que antes era de Él.

·         La posesión que Dios tenía del hombre originalmente estaba basada en que Él lo había creado.

·         La redención se efectuó por medio de la muerte de Cristo.

·         La redención le da a Dios completa posesión del creyente: cuerpo, alma y espíritu.

 La idea principal de la redención en el Nuevo Testamento es que Dios ha comprado al creyente y lo ha librado del control del pecado. Aunque a veces digamos que las personas “se salvan”, la Biblia no hace referencia a la auto-redención, sino a que Dios nos redime (Sal. 49:8). Esta redención se basa en el pago por los pecados efectuado a través de la muerte de Cristo.

Las palabras griegas que se traducen como “redimir” o “redención” a veces se traducen simplemente como “comprado” (véase 1 Co. 7.23), ya que el significado básico de esas palabras es el pago de un precio. Sin embargo, la redención es un determinado tipo de compra. La redención es un pago que libera. Los esclavos eran redimidos por el pago de un precio, y así también el creyente ha sido librado por el pago de un precio.

Una consecuencia de esto es que Dios ha adquirido la propiedad del creyente. Él es dueño de nuestro cuerpo, alma y espíritu. Cuando ocurra la resurrección, Él tomará posesión de nuestros cuerpos al librarlos de la muerte, que es la prueba definitiva del dominio del pecado (Ro. 8.23). Un día, Dios retomará completo control y posesión del mundo y del universo a través de la redención.

Aunque la redención del alma es personal, la redención no siempre se trata de individuos. Dios “redimió” a toda una nación de Egipto (Ex. 6:6; 2 S. 7:23). Ellos fueron redimidos de una esclavitud humana a través del pago de la sangre del cordero de la Pascua. En el Antiguo Testamento, los animales se podían redimir (Lv. 27:27), así como las tierras (Jer. 32:7,8) y los esclavos (Lv. 25:47,29).

 

ESCRITURAS CLAVE

¨       Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20:28).

¨       En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia (Efesios 1:7).

¨       Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús (Romanos 3:24).

¨       Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres (1 Corintios 7:23).

¨       Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo (Romanos 8:23).

¨       Cristo nos redimió de la maldición de la ley… (Gálatas 3:13)

¨       Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras (Tito 2:14).

¨       Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación (1 Pedro 1:18,19).

¨       Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación (Apocalipsis 5:9).

CITAS CLAVE

Había una vez un niño que decidió construir un yate en miniatura. Trabajó por varias semanas, asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto. Finalmente, llegó el gran día: se dirigió al muelle y muy orgulloso puso su barquito en el agua. Mientras observaba triunfante su pequeño barco, notó que el viento de repente cambió y se estaba llevando el barco cada vez más lejos. El niño estaba desconsolado. Durante un mes regresó todos los días al muelle para ver si su barco había sido arrastrado por las olas a la costa.

Por fin, un día vio su barco en la vidriera de una tienda en el mercado. Emocionado, entró a la tienda corriendo y le dijo a la propietaria que ese barco era suyo. La señora solo le contestó diciéndole que el barco le costaría dos dólares. Después de suplicarle en vano, al final el niño sacó el dinero y se lo dio a la dueña de la tienda. Al salir, el niño dijo: “Barquito, eres dos veces mío. Eres mío porque te construí y ahora eres mío porque te compré”[1].

La doctrina de la redención declara que Cristo nos compró y pagó el precio para que fuéramos rescatados del pecado. El concepto de la redención viene de la palabra griega agorazo, que significa “entrar al mercado para comprar”. En la Biblia se menciona seis veces que los creyentes son “comprados”, o “redimidos”, en relación con la muerte de Cristo (1 Co. 6:20; 7:23; 2 P. 2:1; Ap. 5:9;14:3-4). 1 Corintios 6:19,20 dice: “…no sois vuestros… habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo” … Otro verbo griego que se usa para expresar la naturaleza intensiva de la redención en Cristo es exagorazo. Éste se encuentra cuatro veces en el Nuevo Testamento (Gl. 3:13; 4:5; Ef. 5:16; Col. 4:5). En Gálatas 3:13 se nos dice que fuimos redimidos y rescatados de la ley que nos condenaba. La misma idea se encuentra en Gálatas 4:5. El punto es que no solo fuimos “comprados” por la redención en Cristo, sino que también fuimos sacados del mercado, es decir, fuimos comprados fuera del mercado y se nos dio seguridad y libertad a nosotros que antes éramos esclavos[2]. (John F. Walvoord)

Alan Summers



[1] Encyclopaedia of Bible Illustrations [Enciclopedia de ilustraciones bíblicas]

 [2] What We Believe [Lo que creemos] p.74

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