Puntos clave
·
La redención significa que Dios
recupera la posesión de algo que antes era de Él.
·
La posesión que Dios tenía del hombre
originalmente estaba basada en que Él lo había creado.
·
La redención se efectuó por medio de la
muerte de Cristo.
·
La redención le da a Dios completa
posesión del creyente: cuerpo, alma y espíritu.
La idea principal de la redención en el Nuevo
Testamento es que Dios ha comprado al creyente y lo ha librado del control del
pecado. Aunque a veces digamos que las personas “se salvan”, la Biblia no hace
referencia a la auto-redención, sino a que Dios nos redime (Sal. 49:8). Esta
redención se basa en el pago por los pecados efectuado a través de la muerte de
Cristo.
Las palabras griegas
que se traducen como “redimir” o “redención” a veces se traducen simplemente
como “comprado” (véase 1 Co. 7.23), ya que el significado básico de esas
palabras es el pago de un precio. Sin embargo, la redención es un determinado
tipo de compra. La redención es un pago que libera. Los esclavos eran redimidos
por el pago de un precio, y así también el creyente ha sido librado por el pago
de un precio.
Una consecuencia de
esto es que Dios ha adquirido la propiedad del creyente. Él es dueño de nuestro
cuerpo, alma y espíritu. Cuando ocurra la resurrección, Él tomará posesión de
nuestros cuerpos al librarlos de la muerte, que es la prueba definitiva del dominio
del pecado (Ro. 8.23). Un día, Dios retomará completo control y posesión del
mundo y del universo a través de la redención.
Aunque la redención
del alma es personal, la redención no siempre se trata de individuos. Dios
“redimió” a toda una nación de Egipto (Ex. 6:6; 2 S. 7:23). Ellos fueron
redimidos de una esclavitud humana a través del pago de la sangre del cordero de
la Pascua. En el Antiguo Testamento, los animales se podían redimir (Lv.
27:27), así como las tierras (Jer. 32:7,8) y los esclavos (Lv. 25:47,29).
ESCRITURAS CLAVE
¨ Como
el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su
vida en rescate por muchos (Mateo 20:28).
¨ En
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas
de su gracia (Efesios 1:7).
¨ Siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús (Romanos 3:24).
¨ Por
precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres (1 Corintios
7:23).
¨ Y
no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del
Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la
adopción, la redención de nuestro cuerpo (Romanos 8:23).
¨ Cristo
nos redimió de la maldición de la ley… (Gálatas 3:13)
¨ Quien
se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar
para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras (Tito 2:14).
¨ Sabiendo
que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación (1
Pedro 1:18,19).
¨ Y
cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir
sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para
Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación (Apocalipsis 5:9).
CITAS
CLAVE
Había una vez un niño
que decidió construir un yate en miniatura. Trabajó por varias semanas,
asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto. Finalmente, llegó el gran
día: se dirigió al muelle y muy orgulloso puso su barquito en el agua. Mientras
observaba triunfante su pequeño barco, notó que el viento de repente cambió y
se estaba llevando el barco cada vez más lejos. El niño estaba desconsolado.
Durante un mes regresó todos los días al muelle para ver si su barco había sido
arrastrado por las olas a la costa.
Por fin, un día vio su
barco en la vidriera de una tienda en el mercado. Emocionado, entró a la tienda
corriendo y le dijo a la propietaria que ese barco era suyo. La señora solo le
contestó diciéndole que el barco le costaría dos dólares. Después de suplicarle
en vano, al final el niño sacó el dinero y se lo dio a la dueña de la tienda.
Al salir, el niño dijo: “Barquito, eres dos veces mío. Eres mío porque te
construí y ahora eres mío porque te compré”[1].
La doctrina de la
redención declara que Cristo nos compró y pagó el precio para que fuéramos
rescatados del pecado. El concepto de la redención viene de la palabra griega
agorazo, que significa “entrar al mercado para comprar”. En la Biblia se
menciona seis veces que los creyentes son “comprados”, o “redimidos”, en
relación con la muerte de Cristo (1 Co. 6:20; 7:23; 2 P. 2:1; Ap. 5:9;14:3-4).
1 Corintios 6:19,20 dice: “…no sois vuestros… habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo” … Otro verbo griego que se usa para
expresar la naturaleza intensiva de la redención en Cristo es exagorazo. Éste
se encuentra cuatro veces en el Nuevo Testamento (Gl. 3:13; 4:5; Ef. 5:16; Col.
4:5). En Gálatas 3:13 se nos dice que fuimos redimidos y rescatados de la ley
que nos condenaba. La misma idea se encuentra en Gálatas 4:5. El punto es que
no solo fuimos “comprados” por la redención en Cristo, sino que también fuimos
sacados del mercado, es decir, fuimos comprados fuera del mercado y se nos dio
seguridad y libertad a nosotros que antes éramos esclavos[2].
(John F. Walvoord)
Alan Summers
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