domingo, 6 de diciembre de 2020

La ocupación y la vigilancia

 Perseverancia en la vida cristiana


           

Aunque el Señor no marcó fecha, ni día, ni hora para su venida otra vez a los aires a buscar a su pueblo redimido por su sangre, sí dejó descrito doctrinalmente la ocupación y vigilancia que los creyentes deben hacer mientras se cumple la promesa de su advenimiento.

            Cuatro lecciones de sumo interés son bien definidas en los Evangelios y las Epístolas.

“Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo ... Como el hombre que, partiendo lejos, dejó su casa, y dio facultad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.” (Marcos 13:33,34)

Esta enseñanza nos pone por delante el cumplimiento de nuestra responsabilidad. Llama la atención cuatro encargos que el Señor hizo:

dejó su casa: Esta es su Iglesia en este mundo, de la cual todos los creyentes formamos parte.

dio facultades a sus siervos: Estos son los talentos o dones en su pueblo, unos con más, otros con menos, y todos estos deben dar satisfacción de su trabajo al dueño de los talentos.

“Porque el siervo que entendió la voluntad de su Señor y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho ... Mas el que no entendió e hizo cosas dignas de azote, será azotado poco. Porque a cualquiera que fue dado mucho, mucho será vuelto a demandar de él, y al que encomendaron mucho, más le será pedido.” (Lucas 12:47,48)

• a cada uno su obra: Ninguno es llamado en vano. La viña del Señor es muy extensa donde todos tienen su obra. ¿Se ha visto alguna abeja inactiva en la colmena? Sólo el zángano, y es echado fuera. Hay tiempo en que la abeja tiene que volar muchos kilómetros para hallar el polen de la flor con que ha de trabajar en su colmena.

al portero mandó que velase: Los ancianos tienen una doble carga, la de ellos mismos y la del pueblo. Como pastores tienen que velar por el cuidado del rebaño, velar la puerta porque no entren los “lobos rapaces,” falsos profetas, falsas y nuevas doctrinas, el mundo con sus modas e innovaciones.

Esta lección está relacionada con mis hermanos.

“Mirad por vosotros que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.” (Lucas 21:34)

Esta lección nos pone por delante el cumplimiento de nuestra fidelidad. “Glotonería” está íntimamente ligada con pesadez. “Vientres perezosos,” posiblemente dormidos. “Embriaguez,” dados a los deleites y licencias, descuidando su lugar de firmeza y vigilancia. “Cuidado de esta vida,” amando la prosperidad y codicias de las riquezas.

Esta enseñanza tiene una relación personal. Tres atributos deben sobreponerse a ese estado. Limpieza de vida, vigilancia y firmeza.

“Vosotros sabéis bien, que el día del Señor vendrá, así como ladrón de noche, que cuando dirán paz y seguridad entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente como los dolores a la mujer en cinta; y no escaparán.” (1 Tesalonicenses 5:1-3)

Esta escritura nos hace apelar al desarrollo de nuestra inteligencia para conocer los tiempos y los momentos que cruza el mundo en las últimas convulsiones de moribundo.

Dijo el apóstol: “No tenéis necesidad que os escriba; vosotros sabéis bien.” Los momentos son de expectativa. El mundo “duerme como los borrachos.” Ellos están confiando en sus contratos a expensas de la guerra fría y la tensión de nervios. Mientras tanto los hombres se sumergen en el pecado y olvido de Dios.

            Estos textos nos hablan de nuestra sabiduría para andar en este mundo. (Efesios 5:15)

“Ahora hijitos perseverad en él, para que cuando apareciere tengamos confianza y no seamos confundidos de él en su venida.” (1 Juan 2:28)

 

            El amor a Cristo nos debe unir a Él por medio de una continua y perfecta comunión. “En todo tiempo ama el amigo.” Creo que nuestra paz y perfecta felicidad depende de nuestra obediencia. “Por tanto procuramos también, o ausentes, o presentes, serle agradables.” (2 Corintios 5:9)

            Esta porción nos lleva a nuestra relación con el Señor.

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