miércoles, 1 de octubre de 2014

Doctrina. El Pecado (PARTE I)

Introducción.
En nuestro estudio anterior hemos visto como Dios hizo al hombre y le dio un lugar donde vivir y regir a la naturaleza. Le dio una compañera idónea, ya que para él no había ninguna a pesar de la gran cantidad de especies que existía en la naturaleza, y es de pensar que en aquella época existían muchas más que ahora.  Dios le dio un simple mandamiento (conocido en teología  como “pacto de obras”) que no debería comer del fruto de un árbol, de un solo árbol.  El hombre, haciendo caso omiso a la Palabra de Dios, comió[1], con lo cual provocó que existiese un abismo infranqueable para el hombre. Este al darse cuenta de condición buscó como ocultar su pecado, primero cosiendo hojas de higuera para ocultar su desnudez y ocultándose, siendo esto una figura de lo que es la religión, sea esta cual sea.
Dios, que conoce todo, sabía dónde encontrarlo. Ya que Adán no respondió al llamado de su Creador, Él los buscó. Dios sabía que estaban ocultos por culpa de haber violado SU mandamiento prohibitivo. 
Ellos no habían medido las consecuencias de sus actos. Habían deseado ser como Dios de la forma más fácil, de la forma que se la ofrecía la serpiente; pero tal acto sólo terminó en la ruina total del hombre, e introdujo en la vida del hombre un elemento nuevo, que llamaremos pecado.
En nuestro estudio actual  procuraremos abordaremos todo lo relacionado con el pecado y consecuencias para el hombre y su relación con Dios. Y procuremos, finalizar el estudio, dar una respuesta a la pregunta  ¿qué es el pecado?

I.                   ORIGEN DEL PECADO.
A pesar de lo podríamos pensar al leer el Génesis, el pecado no se originó en el huerto del Edén. Podríamos pensar que por ser ahí el primer pecado de la raza humana, ahí se originó. La verdad es que el origen del pecado no se nos cuenta en los capítulos iniciales de las Escrituras, sino que los encontramos  mucho después, en las profecías de Isaías y Ezequiel (Isaías 14:12-14, Ezequiel 28:12-18).
En esas profecías se describe la rebelión de Satanás. No profundizaremos en el tema, ya que lo hemos visto con alguna amplitud cuando estudiamos sobre el tema de los ángeles y Satanás. Sólo recordaremos que en algún punto  del tiempo (no lo sabemos cuál) ocurrió esta rebelión, y el gran “querubín protector” se alzó contra su creador. Desde ese momento en que se perpetró tal acción, se concibió el PECADO. Satanás es el autor del pecado  y es el que engañó a nuestros “Padres” para que desobedeciesen y comiesen del fruto que Dios había prohibido.
Sabemos que él fue el instigador del pecado de Adán y Eva, porque se le revela en el libro de apocalipsis (12:9; 20:2) como la serpiente antigua y que “engaña al mundo entero”. Esta es la misma serpiente que estuvo en Edén y engañará al mundo en el tiempo que aparezca el Anticristo.
No porque hayan sido engañados Adán y Eva, fueron perdonados, sino que fueron juzgados cada uno de los actores del gran drama de la humanidad.  Hubo una víctima  (compare Apocalipsis 13:8) que sirvió para que ellos tuviesen vestido. La naturaleza se vio afectada seriamente a causa del pecado de Adán, ya que por causa de él fue maldecida y condenada a producir  “espinos y cardos” (Génesis 3:18), y a él obtener con el sudor de su frente lo que necesita para alimentarse.
Entonces cualquier persona se puede hacer la siguiente pregunta: ¿por qué Dios permitió que el hombre pecara?  La única posible respuesta que podemos dar se puede encontrar en la Escritura y es: “para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2:7).



[1] Inducido por Satanás en el caso de la mujer y en forma voluntaria en caso del hombre, pues comió porque Eva le dio a probar.

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