martes, 12 de marzo de 2019

Extractos

Es curioso ver que las personas reaccionan a la enfermedad física de dos maneras opuestas. Algunos reaccionan usándola como un medio de la gracia. David dijo: “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; más ahora guardo tu palabra” (Sal 119:67). Mientras David estuvo enfermo, tuvo tiempo para reflexionar, orar y esperar en Dios, y usó su aflicción como un medio de la gracia. Otro, en cuanto se ven afectados por aflicciones físicas, tiran la toalla.
         Algunas personas saben cómo utilizar la aflicción física. David dijo: “Antes de enfermar, me descarrié, fui descuidado. Cuando enfermé, tuve tiempo de reflexionar y hacer las paces con Dios”. En cualquier caso, los problemas económicos o las aflicciones físicas son peligros, pero este breve versículo me ha consolado: “Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida (Pr. 24:10). No promete nada; simplemente hace una afirmación poco halagüeña sobre un hombre, y sin embargo este versículo reconforta.
Los Peligros de la fe superficial, A.W. Tozer, Pag 138-19

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