sábado, 27 de diciembre de 2025

La Salvación, Una Introducción (5)

 La Santificación

Puntos clave

·         En la salvación somos apartados para Dios y hechos santos.

·         Las vidas de los creyentes deben ser apartadas para Dios y deben estar caracterizadas por la santidad práctica.

·         La santificación significa una separación de las influencias dañinas o antibíblicas.

·         Un día los santos serán sacados del mundo, pero mientras tanto somos llamados a vivir vidas santas en el mundo.

La “santificación” quiere decir dedicar o apartar a alguien o algo para Dios. La palabra en griego (jagiasmos) también se traduce en algunas partes como “santidad”. La santidad y la santificación son lo mismo. Aunque comúnmente se piensa que la santificación se trata de hacerse más espiritual y menos pecaminoso, muchas veces la palabra no tiene esa connotación. Por ejemplo, el Señor Jesucristo djo: “Yo me santifico” (Jn. 17:19), y Él no podía hacerse más santo. Lo que quería decir era que Él se santificó o se dedicó a la obra del Calvario (Jn. 10:36). A lo largo de las Escrituras se describe a Dios como “santo”. Esto no quiere decir que tenía que ser apartado, sino que siempre estaba apartado de la creación y su pecado. En el Antiguo Testamento, lo primero que Dios santificó fue un día. El día de reposo fue puesto aparte de los otros días para Dios (Gn. 2:3). En el Antiguo Testamento la santificación está acompañada a menudo de ciertos ritos. Las personas eran santificadas por el rito del lavamiento (Ex. 19:10,14), los altares eran santificados por la sangre rociada (Ex. 29:37) y los utensilios eran santificados por la aplicación del aceite (Ex. 40:10).

En el Nuevo Testamento desaparece la santificación por medio de los ritos. La santificación se convierte en una realidad espiritual que se basa en la muerte de Cristo. Un nombre común para describir a los creyentes en el Nuevo Testamento es “santos”, que significa alguien santificado. La palabra “santo” describe a todo creyente y no es un estatus que se obtiene gradualmente (Hch. 20:32; Ef. 5:26; Heb. 10:10). Por consiguiente, los creyentes cuyas vidas eran muy cuestionables fueron descritos como “santos” (1 Co. 1:2,30; 6:11).

En las Escrituras del Nuevo Testamento hallamos que hay una gran variedad de cosas que se pueden santificar, por ejemplo, la comida (1 Ti. 4:5) y el matrimonio (1 Co. 7:14). Si me alimento para tener la energía para vivir para Dios, esa comida es santificada. Si se contrae matrimonio con un deseo mutuo de agradar a Dios, ese matrimonio también es santificado. Hay mujeres “santas” (1 P. 3:5) y hombres “santos” (2 P. 1:21), profetas “santos” (2 P. 3:2) y apóstoles “santos” (Ef. 3:5). Cualquier persona o cosa dedicada a Dios es “santo”.

Aunque la santificación y la justificación ocurren de manera simultánea en el momento de la salvación, hacen referencia a diferentes aspectos de la salvación. La justificación significa que Dios elimina nuestra culpa, mientras que la santificación significa que Él aparta al creyente para el servicio.

Dios desea que lo que los creyentes son posicionalmente también lo sean en la práctica (Ro. 6:19; 12:1; 1 Ts. 4:3; 1 P. 1:15,16). Por eso, los creyentes no deben involucrarse en actividades que sean pecaminosas o que le reste valor a su servicio para Dios.

En las Escrituras se enfatizan tres agentes de la santificación: (a) el Espíritu Santo (1 Co. 6:11; 2 Ts. 2:13; 1 P. 1:2), (b) el Hijo (Heb. 10:10), y (c) la Verdad de Dios (Jn. 17:17; Ef. 5:26).

La santificación a veces se refiere al trato de Dios hacia las personas mientras están bajo convicción de pecado o la obra de Él en sus vidas antes de su conversión para que se acercaran a Cristo (1 P. 1:2; 2 Ts. 2:13). Esto no quiere decir que fueran santos antes de la conversión, sino que Dios trata con ellos de una manera especial.

El propósito supremo que Dios tiene para nosotros es nuestra plena dedicación a Él (1 Jn. 3:2; Ro. 8:29). Un día seremos santificados a Dios de manera absoluta.

ESCRITURAS CLAVE

Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (1 Corintios 1:1-2).

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; más ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo, y por el Espíritu de nuestro Dios (1 Corintios 6:9-11).

Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas (1 Pedro 1:2).

En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre (Hebreos 10:10).

Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que, así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia (Romanos 6:19).

Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación (1 Tesalonicenses 4:3).

 

CITAS CLAVE

Existe una santificación que es absoluta y completa, y es válida para toda persona que ha puesto su confianza enteramente en Cristo Jesús para su salvación. Esta santificación no es progresiva y es igualmente válida para el creyente como su justificación (1 Co. 6:11). Por lo tanto, no está relacionada con ningún cambio moral ni práctico en su vida. El creyente es santificado por fe en Cristo Jesús (Hch. 26:18) …También existe en la Palabra de Dios lo que se podría llamar la santificación relativa… Dios llamó “tierra santa” al área que rodeaba la zarza ardiente (Ex. 3:1-6). El apóstol Pedro llamó al monte de transfiguración “el monte santo” (2 P. 1:18) … Nuestra comida es santificada por la Palabra de Dios y la oración (1 Ti. 4:4,5) … Todo esto se relaciona por asociación con la santificación. La tierra en Éxodo 3 no cambió materialmente, ni tampoco lo hizo el monte de la transfiguración. Eran santos porque el Señor estaba allí… La comida es santificada por la Palabra de Dios y las oraciones de su pueblo… la comida (no) experimenta ningún cambio material… Apreciar esta enseñanza nos ayuda a entender Hebreos 10:29, donde se considera al apóstata…También existe en la Palabra de Dios lo que se podría llamar la santificación eclesiástica (2 Ti. 2:21). Pocas cosas pueden ser más desagradables para Dios que la propagación del error en nombre de Cristo. En donde esto se acepta de manera irreversible, el claro deber del hijo de Dios que desea ser un instrumento para honra, santificado y dispuesto para el uso del Maestro es limpiarse o alejarse de esos instrumentos para usos viles. El honor al Señor y la utilidad de uno mismo para Él demanda esto en todo momento, especialmente hoy en día cuando la unidad a toda costa es el clamor de la cristiandad. A lo largo de la Palabra de Dios también existe un claro llamado a la santificación práctica. La experiencia del nuevo nacimiento y la posesión de una nueva naturaleza debe crear dentro del hijo de Dios un deseo profundo de vivir con pureza y santidad. El apóstol Pedro dice esto: “Si no, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 P. 1:15). Albert Leckie

La palabra santificar significa poner aparte (tiene la misma raíz que la palabra “santo”). La santificación tiene tres aspectos para el creyente. Primero, el creyente ha sido apartado al ser introducido en la familia de Dios. A esto se le llama generalmente santificación posicional… Esto es válido para todo creyente, independientemente de su condición espiritual… También existe un aspecto de la santificación basado en la experiencia. Como hemos sido puestos aparte, debemos apartarnos cada vez más en nuestra vida diaria (1 P. 1:16). En el sentido posicional ninguno es más santificado que otro, pero en cuanto a la experiencia es totalmente correcto decir que un creyente es más santificado que otro. Todas las exhortaciones del Nuevo Testamento que tienen que ver con el crecimiento espiritual están relacionadas con este aspecto progresivo y práctico de la santificación. También hay un sentido en el que no seremos totalmente apartados para Dios hasta que nuestra posición y nuestra práctica concuerden perfectamente, y esto solo ocurrirá cuando veamos a Cristo y seamos como Él (1 Jn. 3:1-3). Así que hay un aspecto de la santificación que a menudo es llamado nuestra última o futura santificación y que aguarda nuestra completa glorificación con cuerpos resucitados (Ef. 5:26-27; Jud. 24,25). Charles Caldwell Ryrie

 Alan Summers

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