jueves, 9 de abril de 2020

ABRAHAM NUESTRO PADRE


Por José Naranjo, revista La Sana Doctrina 
Abraham en Romanos 4

A excepción de nuestro Señor Jesucristo, Abraham es el hombre con muchos títulos, honores y bendiciones que alcanzó por su fe robusta en el Dios vivo.

Escudriñando mucho las Escrituras, por los capítulos 10 y 11 del Génesis uno puede entender que la corrupción en el mundo era tan general que el linaje que Dios había escogido desde el principio había sido interrumpido.
En tal condición de ruina moral y espiritual Dios llamó un hombre de en medio de este mundo perverso. Este hombre fue Abraham. Aunque él había sido levantado en el paganismo, Dios, que conoce los corazones, vio que aquel hombre no estaba satisfecho en el ambiente malsano de aquella generación.
La fe de Abraham, pura como el oro por las pruebas que pasó, es única en su clase. De Noé sabemos que recibió respuesta. Esto presupone que él demandaba de Dios. De Enoc sabemos que Dios se identificó con él, porque Enoc anduvo con Dios. De Abel creemos que fue instruido por sus padres en el conocimiento de Dios, pero, “Por fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad, y salió sin saber a dónde iba.” (Hebreos 11:8)
Otra cosa singular de Abraham es su paternidad quíntupla que alcanzó como honor a su fe. En Romanos capítulo 4 leemos:

·         v. 1           Padre según la carne
·         v. 11         Padre de los gentiles creyentes
·         v. 12         Padre de la circuncisión
·         v. 16         Padre de todos nosotros
·         v. 17         Padre de muchas naciones
Padre según la carne: Esto es en cuanto al principio fundamental y político de la nación de los hebreos. Él era cabeza y fundador que, con su tienda y un altar de peregrino, creyó que el que había prometido era fiel.
Padre de los incircuncisos: Siendo Abraham el primer pagano “evangelizado”, vio al Señor Jesús con anticipación. (Gálatas 3:8; Juan 8:56) Dios le otorgó el honor de ser padre de los creyentes incircuncisos.
Padre de la circuncisión: Esto es en cuanto al pacto. Era esta señal en la carne que identificaba a los hebreos como el pueblo de Dios entre los demás pueblos del mundo. Esta señal está muy relacionada con su separación. Hoy la circuncisión para los hijos de Dios es en el corazón, y son conocidos por su separación de las vanidades de este mundo, por su andar en los pasos de fe que anduvo Abraham.
Padre de todos nosotros, de los que son de la fe. Muy temprano aprendió Abraham a confiar en la gracia de Dios; que la salvación no es por obras para que nadie se gloríe. Siendo Abraham el primer creyente en Cristo, nosotros también creemos; no hay pretensión si llamamos a Abraham padre.
Padre de muchas naciones: Esto es en cuanto a las promesas. Por la obediencia y amor a su Señor, Abraham recibió de Dios sublimes promesas, que ha cumplido fielmente. Más que todos los sacrificios, agrada a Dios la obediencia. Por esto el Señor dijo: “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.” (Juan 12:26)

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