Por José Naranjo, revista La Sana Doctrina
Abraham en Romanos 4
A excepción de nuestro Señor
Jesucristo, Abraham es el hombre con muchos títulos, honores y bendiciones que
alcanzó por su fe robusta en el Dios vivo.
Escudriñando
mucho las Escrituras, por los capítulos 10 y 11 del Génesis uno puede entender
que la corrupción en el mundo era tan general que el linaje que Dios había
escogido desde el principio había sido interrumpido.
En
tal condición de ruina moral y espiritual Dios llamó un hombre de en medio de
este mundo perverso. Este hombre fue Abraham. Aunque él había sido levantado en
el paganismo, Dios, que conoce los corazones, vio que aquel hombre no estaba
satisfecho en el ambiente malsano de aquella generación.
La
fe de Abraham, pura como el oro por las pruebas que pasó, es única en su clase.
De Noé sabemos que recibió respuesta. Esto presupone que él demandaba de Dios.
De Enoc sabemos que Dios se identificó con él, porque Enoc anduvo con Dios. De
Abel creemos que fue instruido por sus padres en el conocimiento de Dios, pero,
“Por fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de
recibir por heredad, y salió sin saber a dónde iba.” (Hebreos 11:8)
Otra
cosa singular de Abraham es su paternidad quíntupla que alcanzó como honor a su
fe. En Romanos capítulo 4 leemos:
·
v. 1 Padre según la carne
·
v. 11 Padre de los gentiles creyentes
·
v. 12 Padre de la circuncisión
·
v. 16 Padre de todos nosotros
·
v. 17 Padre de muchas naciones
Padre según la carne: Esto es en cuanto al principio fundamental y
político de la nación de los hebreos. Él era cabeza y fundador que, con su
tienda y un altar de peregrino, creyó que el que había prometido era fiel.
Padre de los incircuncisos: Siendo Abraham el primer pagano “evangelizado”, vio
al Señor Jesús con anticipación. (Gálatas 3:8; Juan 8:56) Dios le otorgó el
honor de ser padre de los creyentes incircuncisos.
Padre
de la circuncisión: Esto
es en cuanto al pacto. Era esta señal en la carne que identificaba a los
hebreos como el pueblo de Dios entre los demás pueblos del mundo. Esta señal
está muy relacionada con su separación. Hoy la circuncisión para los hijos de
Dios es en el corazón, y son conocidos por su separación de las vanidades de
este mundo, por su andar en los pasos de fe que anduvo Abraham.
Padre
de todos nosotros, de
los que son de la fe. Muy temprano aprendió Abraham a confiar en la gracia de
Dios; que la salvación no es por obras para que nadie se gloríe. Siendo Abraham
el primer creyente en Cristo, nosotros también creemos; no hay pretensión si
llamamos a Abraham padre.
Padre
de muchas naciones: Esto
es en cuanto a las promesas. Por la obediencia y amor a su Señor, Abraham
recibió de Dios sublimes promesas, que ha cumplido fielmente. Más que todos los
sacrificios, agrada a Dios la obediencia. Por esto el Señor dijo: “Si alguno me
sirve, sígame; y donde yo estuviere allí también estará mi servidor. Si alguno
me sirviere, mi Padre le honrará.” (Juan 12:26)
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