sábado, 30 de septiembre de 2023

Notas sobre el Sábado

 William Macdonald


El día del sábado era y siempre será el séptimo día de la semana.

Dios reposó en el día séptimo, después del sexto día de la creación (Gn. 2:2). Él no mandó al hombre que guardase el sábado entonces, aunque puede que tuviese la intención que se siguiese el principio —un día de reposo de cada siete.

La nación de Israel recibió el mandamiento de guardar el sábado cuando se promulgaron los Diez Mandamientos (Éx. 20:8-11). La Ley del Sábado era diferente de los otros nueve mandamientos: se trataba de una ley ceremonial, mientras que las otras eran morales. La única razón de que estaba mal trabajar en sábado era porque Dios lo había prohibido. Los otros mandamientos tenían que ver con cosas que eran intrínsecamente malas.

La prohibición contra el trabajo en sábado nunca fue dada para ser aplicada a: el servicio para Dios (Mt. 12:5), acciones de necesidad (Mt. 12:3, 4) o acciones de misericordia (Mt. 12:11, 12). Nueve de los Diez Mandamientos se repiten en el Nuevo Testamento, no como ley, sino como instrucciones para cristianos viviendo según la gracia. El único mandamiento que a los cristianos nunca se les ordena que guarden es el del sábado. Más bien, Pablo nos enseña que el cristiano no puede ser condenado por dejar de guardarlo (col. 2:1 6).

El día distintivo del cristianismo es el primer día de la semana. El Señor Jesús resucitó de entre los muertos aquel día (Jn. 20:1), prueba ésta de que la obra de la redención había sido completada y divinamente aprobada. Durante los dos siguientes domingos [término que se deriva del Día del Señor], se encontró con Sus discípulos (Jn. 20:19, 26). El Espíritu Santo fue dado en el primer día de la semana (Hch. 2:1; Cf. LV. 23:15, 16). Los primeros discípulos se encontraban aquel día para partir el pan, anunciando la muerte del Señor (Hch. 20:7). Es el día señalado por Dios en el que los cristianos deberían poner dinero aparte para la obra del Señor 1 co. 16:1, 2).

El sábado o séptimo día venía al final de una semana de afán; el Día del Señor, o domingo, comienza una semana con el conocimiento gozoso de que la obra de la redención ha sido consumada. El sábado conmemoraba la primera creación; el Día del Señor está unido con la nueva creación. El día del sábado era un día de responsabilidad; el Día del Señor es un día de privilegio.

Los cristianos no «guardan» el Día del Señor como medio de alcanzar la salvación o de lograr la santidad, ni por temor al castigo. Lo ponen aparte por amante devoción a Aquel que se entregó a Sí mismo por ellos. Debido a que este día quedamos liberados d los asuntos rutinarios y seculares, podemos apartarlo de una manera especial para el culto y servicio de Cristo.

No es correcto afirmar que el sábado fue transferido al domingo. El sábado es el séptimo día de la semana, y el Día del Señor es el domingo. El sábado era una sombra; el cuerpo es Cristo (Col 2:16, 17). La resurrección de Cristo marcó un nuevo comienzo, el día del Señor significa este comienzo.

Corno judío piadoso viviendo bajo la ley, Jesús guardó el sábado (a pesar de las acusaciones de los fariseos en contrario). Como Señor del sábado, Él lo liberó de las falsas reglas y normas con que había sido recubierto.

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