David y Cristo
Dios
envió al profeta Samuel para que mostrara al pueblo quién era el rey de Israel.
Samuel llegó a Belén y pidió a los hijos de Isaí, uno por uno.
Todos
los hijos de Isaí se presentaron delante de Samuel, excepto David, el más
joven, que estaba cuidando el rebaño. Samuel quería escoger a Eliab, el mayor.
Pero Dios le dijo que no juzgara a Eliab por su rostro o por la fortaleza de su
cuerpo, porque el Señor no quería que él fuera el rey. El Señor no mira a su
pueblo por lo que hace. Nosotros juzgamos a las personas por lo que vemos por
fuera, pero Dios las juzga por lo que ven en sus corazones. Lea 1 Samuel
16:1-13.
Finalmente,
David fue llamado a la presencia de Samuel. Dios dijo a Samuel que lo ungiera
con aceite, porque éste era el que él quería para rey de Israel. Así que Samuel
ungió a David en presencia de todos sus hermanos y el Espíritu del Señor vino
sobre David para que fuera su siervo y lo sacó del lugar donde estaba, cuidando
ovejas, Salmo 78:70.
Cristo
fue un descendiente de David a través de su madre. Lucas 1:31,32. Él es el Hijo
de Dios, el único escogido, 1 Pedro 2:6.
El
nombre de Cristo significa ungido. El Señor Jesús fue bautizado en el río
Jordán. El Espíritu Santo vino sobre él en forma de paloma, mientras salía del
agua y Dios habló desde los cielos diciendo que este era su propio Hijo en
quien él se complacía, Marcos 1:10,11.
David
fue ungido con aceite (una figura del Espíritu Santo) para mostrar que era rey
de los israelitas, el pueblo de Dios sobre la tierra. De la misma manera, el
Señor Jesús, un descendiente del rey David, fue señalado como el Cristo, el
Ungido. Él es la cabeza del pueblo de Dios, los ciudadanos del cielo.
David
fue escogido para que fuera rey de una nación terrenal. Él fue ungido con
aceite para mostrar que era rey. El Espíritu de Dios le enseñó cómo debía
gobernar, 2 Samuel 23:2,3. El Espíritu de Dios descendió sobre Cristo, quien
fue escogido por Dios para ser el Rey de Reyes y Señor de señores. Hechos
4:26-28; Apocalipsis 19:11-16. Su reinado no tendrá fin.
Los
hermanos de David lo despreciaron, 1 Samuel 17:28. De la misma forma, los
hermanos de Jesús no creyeron en él, nosotros. "Salgamos, pues a él fuera
del campamento, llevando su vituperio," Hebreos 13:13.
David
invocó el nombre del Señor y peleó contra Goliat, el enemigo de Israel y lo
derrotó con una pequeña piedra, 1 Samuel 17:49-50.
El
Señor Jesús venció a Satanás, el enemigo de Dios, haciendo algo que parece
débil y sin sentido, muriendo en la cruz. Leemos que por su muerte, el Señor
Jesús venció al diablo que tiene el poder de la muerte y desató a aquellos que
eran esclavos por el temor de la muerte, Hebreos 2:14-15.
David
dejó la ciudad y se escondió en la cueva de Adulan cuando fue rechazado y
despreciado. Unas pocas personas hicieron lo mismo y permanecieron con él en la
cueva, 1 Samuel 22:1-2.
En
la misma forma, Cristo está ahora separado de este mundo. Él murió por fuera
del campo, Hebreos 13:11-13. En el tiempo presente, el Espíritu Santo llama al
pueblo a salir de este mundo malo y a formar un pueblo en el nombre de Cristo.
Éste pueblo es la iglesia y está formada de personas que se han unido al Señor
Jesús fuera del campo de este mundo, Hechos 15:14.
Léase
Juan 17:14-17 y Juan 15:19. La gente de este mundo aborreció al Señor Jesús y
también nos aborrecerá a nosotros. "Salgamos, pues a él fuera del
campamento, llevando su vituperio," Hebreos 13:13.
David
es figura de Cristo porque fue un pastor, 1 Samuel 16:11 y 17:15. El peleó por
sus ovejas para salvarlas de sus enemigos, el león y el oso, 1 Samuel 17:34-36.
El
Señor Jesús se llamó a sí mismo, el Buen Pastor. Él se dio a sí mismo por sus
ovejas, esto es, por su pueblo, Juan 10:11,14 y por su muerte hizo posible que
sus ovejas tuvieran vida eterna.
En
Lucas 15:4-7 leemos acerca del pastor que fue para buscar una oveja que se
había perdido. Este pastor se alegró mucho cuando encontró a su oveja. También
hay gran gozo en el cielo cuando un pecador se arrepiente y es salvo por
Cristo, el Buen Pastor. Éramos como la oveja que se perdió, pero ahora, hemos
sido hallados y traídos para seguir al Pastor y Guía de nuestras almas, el
Señor Jesucristo, 1 Pedro 2:25.
Amemos
al Señor Jesús mucho ahora cuando la gente lo rechaza, así como Jonatán amó a
David. Jonatán hizo un pacto con David porque lo amaba, tanto como David a él.
Jonatán se quitó su capa y la dio a David junto con su espada, su arco y su
cinto, 1 Samuel 18:3-4. Jonatán fue un verdadero amigo de David, 1 Samuel 19:2.
El habló bien de David, 1 Samuel 19:4 y le dijo que haría cualquier cosa que él
quisiera, 1 Samuel 20:4.
Quiera
Dios ayudarnos a ser como Jonatán y amar al Señor Jesús como Jonatán amó a
David. Ojalá estemos listos a darle a él todo lo que tenemos y a decirle que
haremos cualquier cosa que Él quiera que hagamos. Entonces haremos las cosas
que le agradan y tendremos dulce comunión con él.
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