viernes, 29 de diciembre de 2023

LEYENDO DIA A DIA EFESIOS (9)

 

4.17 al 32: Vestíos del nuevo hombre


El camino del hombre, 4.17 al 19: Tenemos aquí una admonición solemne del Señor mismo a pensar y actuar de manera distinta al mundo que nos rodea. La indecencia desvergonzada y la concupiscencia desenfrenada del mundo romano van en aumento en el mundo de hoy. Las mentes de los hombres y mujeres están cegadas y sus corazones endurecidos, insensibles hacia Dios y su Palabra. ¡Qué descripción de los impíos! Esto enfatiza la corrupción de la naturaleza perversa que cada uno de nosotros hereda de Adán y todavía llevamos con nosotros. Ella no mejora con nuestra conversión; 4.22. Así que no nos atrevamos a dejarnos llevar por la corriente de esta vida.

El camino de Cristo, 4.20,21: Gracias a Dios que hay otra forma de vida que fue vista en Cristo. No hemos aprendido meramente acerca de Él, sino que hemos visto una vida de perfecta santidad incorporada en Jesús el hombre. Se ve la verdad en él.

El camino de los miembros de Cristo, 4.22 al 32: Dios ve a cada miembro del cuerpo de Cristo como “en Cristo”, de manera que el creyente debe manifestar el carácter de Cristo como parte de la nueva creación. Por lo tanto, debe andar por costumbre en novedad de vida, practicando su vocación de santo. Deliberadamente tiene que desechar las viejas costumbres y también vestirse de las nuevas, 4.22, 24. “Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”, Romanos 13.14.

Solamente el Espíritu Santo puede darnos el poder para hacer esto. Nos sella como posesión de Dios hasta que nuestros mismos cuerpos sean redimidos, Romanos 8.11,23. Él imparte y da fuerza a nuestra naturaleza nueva, pero podemos contristar o enfadarle como lo hizo Israel, 4.30. “Ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu”, Isaías 63.10. Así que debemos apartar toda amargura y mala voluntad. Nuestra actitud hacia otros debe ser correcta, ¡y con qué frecuencia se hace mención del hablar! De la abundancia del corazón habla la boca, dijo el Señor, y por nuestras palabras seremos justificados o “condenados”, Mateo 12.37.

Para ajustar nuestra conversación tenemos primero que ajustar nuestro pensamiento, ya que él determina el comportamiento. Tenemos que ser renovados en el espíritu de nuestras mentes, meditando humildemente en las Escrituras, 4.23. Luego, ocupados de Cristo, andaremos como Él anduvo.

K.T.C. Morris 

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