domingo, 29 de septiembre de 2024

Los hechos primeros y postreros

 

Los treinta y cinco años de vida piadosa del rey Asa, un largo período de fidelidad, todo lo relativo a esos primeros hechos está escrito en el libro de Dios. Más adelante un rey que cae en la trampa, que se obstina y que no se puede levantar más, todos los hechos postreros también están escritos en el libro de Dios. Todo permanece escrito (2 Crónicas 16:10-11).

Sin duda alguna, Asa fue un creyente, un salvo; el testimonio que Dios da de él después de su muerte es precioso (véase 2 Crónicas 20:32 y 21:12). Pero este pasaje nos recuerda que la luz del santuario de Dios lo ilumina todo en nuestras vidas (hechos, pensamientos y propósitos) y que, en lo alto, nuestros pasos están contados… los primeros… y los postreros. Cuando comparezcamos ante el tribunal de Cristo, todo será manifestado y entonces comprenderemos mucho mejor que ahora el valor de la sangre derramada en el Calvario –la cual habrá borrado todo el mal que jalonó nuestras vidas– como así también la excelencia de la víctima que ocupó nuestro lugar de pecadores bajo el juicio de Dios.

Desde ahora no olvidemos nunca que, en la vida del creyente, no puede haber ningún rincón oscuro que el ojo de Dios no pueda escrutar y ninguna etapa o hecho que no cuente para él.

P. Jn


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