domingo, 16 de febrero de 2025

LEYENDO DIA A DIA 1 CORINTIOS (10)

 

capítulo 10: Cuidado, acaso caigamos


•Se ofrece una ilustración, vv 1 al 5. Obsérvese el contraste y la repetición: “todos” y “los más”. De esta manera aprendemos de la historia de Israel que el privilegio mutuo no dio inmunidad del fracaso y el juicio. El disfrute de los privilegios y las bendiciones cristianos no son de por sí un escape de la disciplina.

• Se insiste en una aplicación, vv 6 al 12. Israel está presentado como el gran ejemplo para la Iglesia cristiana. ¡No haga caso omiso de su Antiguo Testamento! ¿Codiciamos, guardamos ídolos en el corazón, fornicamos, tentamos al Señor o murmuramos? ¡Cuidado! La historia se ha repetido y puede repetirse, y Dios no ha cambiado.

• Se provee una inspiración. v. 13. “Fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida …” Es el estímulo de la fidelidad de Dios revelada y operativa.

Ahora, v. 14, Pablo comienza un párrafo nuevo y se dirige a un punto problemático en Corinto, el de la idolatría. Ellos la habían dejado para volver a Dios, pero deben huir de ella persistentemente. En el capítulo 8 él ha tratado el comer la carne ofrecida a ídolos, y ahora trata el asociarse con los idolátricos.

¿Esta sección tiene una voz para nosotros? Sí, dice Juan: “Hijitos, guardaos de los ídolos”, 1 Juan 5.21. Al creyente se le ha dado el privilegio de sentarse a la mesa del Señor y comer continuamente cual hijo de rey, como Mefi-boset. Es una mesa de provisión espiritual para cada día y todo el día. Debemos guardar y practicar este privilegio, que nos lleva a comunión santa con la sangre y el cuerpo de Cristo, y por esto nos impide acceso a las mesas que son idolátricas porque son inmundas, vv 20, 21.

¿Nos atrevemos a provocar al Señor al buscar satisfacción en aquellas mesas en vez de la suya? De nuevo el escritor cita el refrán de ellos: ¿todo es lícito? sí, pero no por esto conveniente o edificante. En estos casos debemos considerar el bien de nuestro prójimo. Debemos respetar la conciencia de otro, y por esto, para el bien ajeno, rehusamos los alimentos una vez que sepamos su naturaleza, vv 28, 29. Participar de lo que sabemos es extraño a la mesa del Señor es provocarle a él a celos y a la vez hacer tropezar a otros, sean salvos o no, v. 32.

Lección: ¿A cuál mesa estoy comiendo? Nótese el 11.1

S.Emery 

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