sábado, 6 de octubre de 2012

La Biblia - Resumen de Sus 66 Libros


Judas

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).


            Judas («alabanza»), aunque profundamente deseoso de escribir, no había tenido en absoluto la intención de hacerlo de esta forma. Sin duda que habría sido una tarea mucho más agradable y preciosa escribir “acerca de nuestra común salvación”, pero Dios, quien le había dado el deseo de escribir, había decidido que el mensaje de Judas debía consistir en una muy seria exhortación a que los creyentes “contiendan ardientemente por la fe”.
            Se ha dicho que su libro contempla «la decadencia y la muerte del cristianismo en el mundo». En efecto, su tema es la apostasía, que consiste en la transformación deliberada de la gracia de Dios en “libertinaje” (o “lascivia”, V.M.) llevada a cabo por hombres impíos que entran sutilmente en el círculo de la cristiandad profesante.
            Su lenguaje es fuerte y profético. Utiliza la historia de pasadas ocasiones de rebelión contra la autoridad llena de gracia de Dios para ilustrar la condición que se desarrollaría en los últimos días de la cristiandad. Aunque la nación de Israel había sido bendecida por el hecho de ser salvada de Egipto, muchos perecieron en el desierto a causa de la incredulidad. Incluso ángeles, grandemente bendecidos por Dios, fueron “guardados bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día” (v. 6). Sodoma y Gomorra, Caín, Balaam, Coré, todos sirven de terrible advertencia del justo juicio de Dios.
            Todo esto puede parecer de un pesimismo negativo, pero las palabras finales de Judas, que comienzan con “pero vosotros, amados”, constituyen un maravilloso estímulo positivo para una fe que confía en el Dios viviente. El último versículo consiste en una alabanza a Dios, que es la actitud apropiada de los hijos de Dios cuando el gran nombre de Dios ha sido deshonrado.


Apocalipsis

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana” (Apocalipsis 22:16).

             Apocalipsis («revelación») fue escrito por el apóstol Juan, y consiste en un resumen profético de los caminos de Dios con el hombre. Una historia que comenzó en Génesis, con serenidad y sencillez puras, ahora finaliza con grandes consecuencias y complicaciones ocasionadas por la abultada culpabilidad y el obstinado desorden del hombre.
            Pero nuestro gran Dios, en deliberación tranquila y majestuosa, desenreda la madeja; juzga en orden y tiempo perfectos, conforme a su divina sabiduría.
            Tres divisiones principales (1:19) en el libro serán de gran ayuda al que lo estudia:
1.      “Las cosas que has visto” (cap. 1);
2.      “Las que son” (cap. 2 y 3);
3.      “Las que han de ser después de estas” (cap. 4 al 22).
            La primera es el pasado; la segunda el presente, que tiene aplicación a la época de la Iglesia; y la tercera es futura. En los capítulos 2 y 3, se ve al Señor Jesús que juzga soberanamente y con discernimiento el estado de las siete iglesias, las que representan un cuadro profético de la historia completa de la Iglesia desde su inicio hasta la venida del Señor. En efecto, el juicio debe comenzar por la casa de Dios.
            La victoria del Señor Jesús sobre todas las cosas, su reino de mil años, su juicio en el gran trono blanco, la eterna gloria de Dios en el cielo nuevo y tierra nueva, son algunos de los grandes temas del libro. ¡Gloriosa culminación de los magníficos consejos de Dios!
                Cuán apropiada y oportuna es también esta palabra de parte de Dios, que declara bienaventurados a los que leen, oyen y guardan estas sagradas verdades (1:3).

No hay comentarios:

Publicar un comentario