“¿Por qué
hay dudas y temor,
Si Dios, mi
Padre en Su amor
A Su Hijo
entregó?
No puede el
justo Juez a mí
las culpas
imputar que así
En Cristo él cargó.
Cristo el
pecado expió,
La deuda
entera canceló,
De los que
creen en Él;
La ira no me
alcanzará,
En el Amado
acepto ya,
Y limpio por Su cruz.
Pues Él mi
libertad compró,
Y en el Calvario padeció
La ira de su
Dios.
Dos veces no
demanda Dios
El pago
antes a Jesús
Y ahora el que en Él cree.
Mira alma
mía al Salvador
Los méritos
de tu Señor
Dan paz y
libertad:
Cree en Su
sangre eficaz,
La perdición
no temas más,
Pues Él por ti murió”.
-J. Foster
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