3. Obedeciendo la Voluntad de Dios
Para
terminar, veremos nuestra respuesta a la voluntad de Dios. No es suficiente
saber que Dios tiene un propósito para nuestras vidas o aun saber cuál es la
voluntad de Dios. Un cristiano tiene una responsabilidad mayor, que es obedecer
la voluntad de Dios. No tiene sentido pedir a Dios que nos muestre la dirección
que debemos seguir para luego decidir que no nos gusta y tomar nuestra propia
decisión de todos modos. Si vamos a confiar en Dios, también tenemos que
obedecerle.
Hay
serias advertencias en la Biblia sobre lo que puede suceder a personas que no
obedecen la voluntad de Dios. Caín no hizo su sacrificio en la manera que Dios
quería y fue castigado, Génesis 4:11-13. Moisés golpeó la peña en vez de sólo
hablar como Dios le había dicho y Dios no le permitió entrar en la tierra de
Canaán, Números 20:7-12. Podemos pensar que es sólo una cosa pequeña, pero
hemos desobedecido la voluntad de Dios. Esto siempre resulta en una relación
pobre con el Señor. Podemos disfrutar de nuestra relación con El de nuevo, pero
primeramente tenemos que confesar nuestro pecado y comenzar a hacer lo que
quiere que hagamos.
Por el
otro lado. Hay gran gozo y bendición para el cristiano que honestamente busca
seguir y obedecer la voluntad de su Señor para su vida. David pecó vez tras
vez, pero tenía un gran anheló de conocer y obedecer la voluntad de Dios,
Salmo 86:7. Colosenses 1:9-12 también habla de las recompensas de obedecer la
voluntad de Dios.
Es bueno
recordar que el Señor no nos muestra Su voluntad completa de una vez. Normalmente,
cuando pedimos sabiduría, el Señor sólo, nos muestra un paso a la vez. Debemos
obedecer lo que sabemos, y entonces el Señor nos mostrará el paso siguiente.
Abraham nos da un buen ejemplo de seguir paso a paso. Leemos en Hebreos 11:8
que Dios le llamó y obedeció por fe, aunque no sabía a donde iba. Los
discípulos también obedecieron a Jesús cuando les dijo “Síganme” aunque no
entendían lo que les iba a costar.
A veces
nos sentimos inciertos sobre una decisión que debemos hacer; todas nuestras
elecciones están de acuerdo con la Palabra de Dios, hemos orado sobre ello y
hemos hablado con hombres santos. En ese caso, llega el momento para escoger, y
escogemos, confiando en Dios para cerrar las puertas si realmente no es según
Su voluntad. Dios revelará Su voluntad al cristiano que sinceramente lo busca.
Dios no juega con nosotros. Desea lo mejor para nosotros y nos mostrará Su
voluntad mientras buscamos y oramos. Lee Jeremías 29:11-13 y Proverbios 3:5,6.
Qué
podamos todos experimentar el gozo de conocer y obedecer la voluntad de Dios en
nuestras vidas. Luego podremos decir con David, “El hacer tu voluntad, Dios
mío, me ha agradado,” Salmo 40:8.
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