viernes, 2 de noviembre de 2018

EL CRISTIANO VERDADERO (Parte XI)


TU ALIMENTACION ESPIRITUAL (Continuación)



Estudia tu Biblia. Además de la lectura diaria para fines de devoción e inspiración personales, todo el que quiere tener éxito como cristiano verdadero, debe estudiar la Biblia en forma seria. Sabemos que encontrar el tiempo necesario para poder hacerlo es un verdadero problema, pero todo cristiano fiel ha de poder apartar algún tiempo en horas determinadas, para este fin. Torrey decía que “No hay nada de mayor im­portancia para el desarrollo de la vida espiritual del cris­tiano, que el estudio bíblico regular y sistemático”. Lo que el pastor entrega en su sermón semanal no es suficiente. Debes estudiar la Biblia personalmente. No se puede de­pender de los demás creyendo que ellos van a recoger todo el maná espiritual para ti. Cada uno debe recogerlo por sí mismo.
Muchos cristianos se encuentran confusos, y otros han sido descarriados, por las diversas sectas y doctrinas falsas que han surgido en nuestros tiempos. Hay muchas de ellas, y van en aumento. El único remedio contra el peligro de estas religiones falsas es un conocimiento lo más completo posible, sobre las verdades de la Biblia, producto de un es­tudio personal de primera mano. Lee las palabras de des­pedida de Pablo a los ancianos de Éfeso, según las tenemos consignadas en Hechos 20: 29-32. Nuestra salud espiritual, nuestro crecimiento, nuestra victoria sobre el pecado, nues­tra ortodoxia en doctrina, nuestro gozo y nuestra paz; en Cristo, nuestra limpieza de pecados internos y externos, nuestra aptitud para el servicio, dependen todos del estudio de la Palabra de Dios. El que deja de estudiar su Biblia ha de fracasar en la vida cristiana, pero el que realmente estudia su Biblia conseguirá vivir en forma exitosa una vida cristiana verdadera.
Uno de los métodos de estudio bíblico es el que se hace por capítulos. Elige un determinado libro de la Biblia y léelo todo, capítulo tras capítulo, pasando todo el tiempo que sea necesario para aprender el contenido de cada uno. Nuevamente vamos citar al Dr. R. A. Torrey, que dice: “Lee cada capítulo de principio a fin varias veces y luego contesta las siguientes preguntas:
1.  ¿Cuál es el asunto principal del capítulo? (Expresa el contenido principal en una sola frase o sentencia).
2.  ¿Cuál es la verdad enseñada con mayor claridad y én­fasis en el capítulo?
3.  ¿Cuál es la mejor lección?
4.  ¿Cuál es el mejor versículo?
5.  ¿Quiénes son las principales personas mencionadas?
6.  ¿Qué enseña el capítulo acerca del Señor Jesucristo?
7.  ¿Qué nueva verdad has aprendido en el capítulo?
8.  ¿Qué cosa bien concreta has resuelto hacer como resultado del estudio de este capítulo?”
Si recorres libro tras libro de la Biblia de esta manera, lle­garás a dominarlos. Otro método de estudio bíblico es el denominado por tópicos. Este era el método principal que empleaba el famoso predicador D. L. Moody cuando estudiaba las Escrituras. Es muy fácil y muy valioso. Para seguirlo ha­cen falta muy pocos libros, que son fáciles de conseguir. Ne­cesitarás un libro de textos por tópicos como el “Manual Bíblico” de Bransby, o una buena concordancia. Estas obras puedes conseguirlas de cualquier librería evangélica. Hasta las referencias marginales de tu Biblia pueden ser de gran ayuda en este método de estudio.
Toma tu concordancia y estudia todos los versículos bíbli­cos que puedas encontrar sobre temas tales como el Espíritu Santo, el pecado, la gracia, la sangre de Cristo, la justifi­cación, la fe, el arrepentimiento, el nuevo nacimiento, la re­surrección (de Cristo, de los creyentes, de todos), el amor de Dios, nuestro amor (a Dios, a los cristianos, a todos los hombres), la venida de Cristo, el cielo, el infierno, y otras verdades importantes. Con los libros auxiliares que estás uti­lizando, recorre toda la Biblia estudiando cada uno de los tópicos que estás estudiando.
Otro método es el de estudiar la Biblia ¡por libros, que a veces se denomina método sintético. El Dr. James Gray, Rec­tor del Instituto Bíblico Moody durante muchos años, fue gran defensor de este plan. Escribió un librito en inglés titulado How to Master the English Bible (Cómo dominar la Biblia inglesa). El plan consiste en tomar un libro de la Biblia, con preferencia uno de los libros breves del Nuevo Testamento para comenzar, y luego aprender su contenido mediante la lectura de todo el libro repetidas veces, siempre leyendo todo el libro de un tirón, o leyéndolo varias veces en una sola sesión de lectura. Después de la segunda lectura, debe co­menzarse a buscar la enseñanza principal del libro. En la lectura siguiente, nótese la forma en que se desarrolla el tema. Luego, en las lecturas posteriores hágase un bos­quejo propio sobre el libro, teniendo en cuenta el tema principal. Debe continuarse en un libro hasta haberlo domi­nado. Luego sígase con otro. En el curso de tu vida cristiana, si sigues este método, podrás dominar toda la Biblia. Puede hacerse. No es tan difícil como parece a primera vista.
El método de estudio por personajes es también una ma­nera práctica de estudiar la Biblia. Nuevamente un libro de textos por tópicos o una concordancia serán de gran uti­lidad. El método consiste en tomar un personaje bíblico y estudiar en forma completa todo lo que las Sagradas Es­crituras dicen acerca de él. Toma personajes como Noé, Abraham, Lot, Jacob, José, Moisés, Josué, Gedeón, Sansón, Samuel, Saúl, David, Salomón, Isaías, Jonás, Juan el Bau­tista, Pedro, Tomás, Pablo, Timoteo. Haz una lista de he­chos relacionados con el personaje estudiado, como por ejem­plo:
1.  Su encuentro con Dios o conversión.
2.  Su llamado al servicio.
3.  Sus características buenas (fe, oración, etc.)
4.  Sus debilidades (pecados, fracasos).
5.  Sus éxitos.
6.  Su influencia.
     7.  Su nombre (nótese los cambios de nombre en algunos personajes; búsquese su significado).
8. Lo que debes imitar en su vida.
9. Lo que debes evitar en su vida.
     10. Lo que dijo Dios acerca de él.
Estudia la Biblia por el método comparativo, que es simple­mente la comparación entre sí de diversas Escrituras. El me­jor comentario de la Biblia es la Biblia misma. Cuando estés estudiando cierta porción o capítulo de las Escrituras y en­cuentres un pasaje difícil que no entiendes, trata de hallar otro pasaje parecido o que por lo menos se refiera al mismo tema, y deja que explique el significado del que no enten­días.
En estos días en que tan poca gente está realmente familiarizada con la Santa Biblia, y en que es tan indispensable poseer un buen conocimiento de ella, ¿quieres tú, lector amigo, aceptar el reto que lanzo, de estudiar la Palabra de Dios y ser un CRISTIANO VERDADERO?

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