jueves, 12 de noviembre de 2020

MEDITACIÓN

 

EL TESTIMONIO CRISTIANO

Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría, y hasta lo último de la tierra.          (Hechos 1:8)


            Que los cristianos deben ser testigos del Señor Jesucristo es algo que queda muy claro en la Palabra de Dios. Que muchos cristianos han fallado en ser testigos para nuestro Señor Jesucristo es indudable, y al mismo tiempo, es muy lamentable. Satisfacemos con el hecho de ser salvos, y no sentir la responsabilidad de ir más allá, es una situación muy triste, y puede traer dudas en cuanto a qué tan real es la fe de uno. Esto debería conducir a una exanimación propia para asegurarse que la fe que se posee no es la misma que Santiago describe en su epístola: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Stg. 2:26). Obviamente no es que se espere que cada creyente sea un evan­gelista, sino que todo creyente procure hacer obra de evangelista, aunque sea en una escala muy pequeña.

            Un creyente no puede permanecer totalmente en silencio con respecto a su fe, y especialmente en aquellos lugares donde existe libertad de religión. C. H. Mackíntosh escribió: «No tan solo somos salvos del infierno, lo cual es cierto; no solo somos perdonados, justificados y aceptados, lo cual es completamente verdadero; sino que además somos llamados a la elevada y santa obra de llevar en este mundo el nombre, el testimonio y la gloria de nuestro Señor Jesucristo».

            El apóstol Pablo cita el Salmo 116 en 2 Corintios 4:13, diciendo: “Tenemos el mismo espíritu de fe conforme a lo que está escrito: Creí; por lo tanto, hablé. Nosotros también creemos; por lo tanto, también hablamos” (RVA-2015). Los apóstoles Pedro y Juan no estaban frente a inquisidores amistosos cuando dijeron: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hch. 4:19-20).

A M. Behnam

Devocional “El Señor está Cerca” 2020.

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