Más bases Bíblicas
William
Macdonald
Una
de las reglas más importantes en el estudio bíblico es, “Si puedes interpretar
un pasaje en forma literal, hazlo.” En otras palabras, si la primera lectura
tiene sentido, no busque otro significado. Si la Biblia dice que Cristo reinará
sobre la tierra por mil años, entonces quiere decir que Él reinará por mil
años. La interpretación literal de la Biblia es preferible. La alternativa es
intentar espiritualizar o alegorizar todo. ¡El problema con esto último es que
luego nadie sabe cuál interpretación es la correcta!
Existe
una diferencia entre posición y práctica. La posición es lo que somos en
Cristo. La práctica es lo que deberíamos ser en nuestra vida diaria. En Colosenses
3:1 fuimos resucitados con Cristo; esa es nuestra posición. Y debemos buscar
las cosas de arriba; esa es nuestra práctica. Nuestra posición es perfecta.
Nuestra práctica nunca lo será hasta que veamos el rostro del Salvador, pero
debemos crecer siempre para parecemos más a Cristo mientras llega ese día.
ROL
OFICIAL Y CARÁCTER PERSONAL
También
existe diferencia entre el rol oficial y el carácter personal. Juan el
Bautista fue mayor que cualquiera de los profetas que
fueron antes que él, es decir, fue mayor en su rol como predecesor del
Mesías (Le. 7:28). Pero esto no necesariamente quiere decir que fuera mayor en
cuanto a su carácter. María fue bendecida entre las mujeres por ser madre de
nuestro Señor (Le. 1:28), pero esto no demuestra que ella tuviera mejor
carácter que las mujeres del Antiguo Testamento. Dios Padre fue mayor en Su rol
como Padre que Su Hijo mientras estuvo en la tierra (Jn. 14:28). Pero en cuanto
a su persona, ellos eran absolutamente iguales. El Señor se despojó a sí mismo
de su posición cuando vino a la tierra para ser nuestro Salvador (Fil. 2:7),
pero no se despojó de Su persona o de Sus atributos. Eso hubiese sido
imposible. Los poderes gubernamentales son ordenados por Dios. Esto significa
que oficialmente son siervos de Dios, aun cuando no lo conozcan personalmente.
Estudie
un texto dentro de su contexto. Aquí hay algunos ejemplos:
Vigile
Jehová entre tú y yo cuando nos apartemos el uno del otro (Gen. 31:49).
Esta
no es una bendición cordial, como podría usarse hoy en día, ¡sino una petición
a Dios para que vigile dos tramposos mientras se separaban y no podían
vigilarse ellos mismos!
Desde
la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida,
hinchazón y podrida llaga; no están curadas ni vendadas ni suavizadas con aceite
(Isa. 1:6).
Estos
términos comúnmente usados para describir la total depravación de un hombre, en
esta ocasión describe cómo Dios ha castigado a Judá hasta quedar lastimada de
la cabeza a los pies, y aun así la nación no se arrepentía.
El
que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, los echan en el fuego y arden (Jn. 15:6).
Este
pasaje se refiere a la producción de fruto mediante la permanencia, no a la
salvación. No dice que Dios toma a los pámpanos secos y los echa al fuego. Los
hombres lo hacen. Esto probablemente ilustra el menosprecio con el que el mundo
trata al cristiano que no permanece.
Antes
bien, como está escrito: “Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al
corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman”. (1
Cor. 2:9).
Este
versículo habla de la realidad del cielo, describe verdades que eran
desconocidas en el período del Antiguo Testamento pero que nos han sido
reveladas por los apóstoles y profetas de la Iglesia Primitiva. En el versículo
10 Pablo nos habla de algo que es real en la actualidad, no es algo que
obtendremos cuando lleguemos al cielo: “Pero Dios nos las reveló a nosotros
por el Espíritu”.
De
otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si de ninguna manera
los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? (1 Cor.
15:29).
El
contexto en este caso tiene que ver con la persecución y el martirio. Si no hay
resurrección de los muertos, sería tonto que un creyente se expusiera a la
muerte al ser bautizado para llenar las filas de aquellos que murieron como
mártires.
Examinaos
a vosotros mismos, para ver si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O
no os conocéis a vosotros mismos? ¿No sabéis que Jesucristo está en vosotros?
¡A menos que estéis reprobados! (2 Cor. 13:5).
Este
versículo no enseña sobre la seguridad de la salvación a través de la
introspección, es decir, que cada creyente examine dentro de sí mismo para
encontrar evidencias de su regeneración. En lugar de eso, Pablo, como padre
espiritual, ¡les dice a los corintios que su salvación es una evidencia de su
apostolado!
No
os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso
también segará (Gál. 6:7).
En
el contexto, Pablo no estaba describiendo los pecados de un pecador, sino la
miseria de un santo.
Por
tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no solamente cuando estoy
presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, ocupaos en vuestra salvación
con temor y temblor (Fil. 2:12).
Pablo
no está enseñando acerca de la salvación por obras, sino más bien, está
diciéndoles a los creyentes que se ocupen de la solución a su problema (la
desunión) al seguir el ejemplo del Señor Jesús.
Pero
ante todo entended que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación
privada (2 P. 1:20).
Este
pasaje tiene relación con el origen de las Escrituras, no con la manera en la
que la interpretamos. Los escritores no dieron su interpretación particular de
las cosas, sino que hablaron según la motivación del Espíritu Santo.
La
Escritura se interpreta a sí misma. Lucas 14:26 se explica en Mateo 10:37. La
palabra aborrecer es un término comparativo, que quiere decir amar menos.
Stuart
Briscoe, un predicador escocés, muestra la importancia de estudiar un texto en
su contexto a través de esta graciosa historia. Un anciano iba caminando a la
orilla del camino con su mula y su perro, cuando de pronto un camión los
atropella a los tres, haciéndoles caer a una zanja. El hombre agredido demanda
al conductor, pero el abogado del mismo declara que el
anciano había dicho al conductor en el momento del accidente que él “nunca se
había sentido mejor en su vida”.
Volviendo
a preguntarle al anciano, el abogado dijo, “¿Mi cliente vino a preguntarle si
estaba bien después del accidente?” “Sí.”
“¿Y
usted le contestó que nunca se había sentido mejor en su vida?”
“Bueno,”
dijo el anciano, “yo iba caminando con mi mula y mi perro cuando este hombre
apareció por la esquina a alta velocidad, y nos empujó a la zanja. Entonces
saltó del camión con su arma. Fue a mi perro, y estaba sangrando, así que le
disparó. Fue a ver a mi muía y como su pata trasera estaba quebrada, también
le disparó. Después me preguntó, ‘¿Está usted bien?’ y entonces tuve que
responderle, ‘¡Nunca me había sentido mejor en mi vida!”’
Asegúrese
de tener definiciones acertadas a disposición. No busque definiciones teológicas
en un diccionario secular. Use un diccionario bíblico de confianza. Allí usted
podrá aprender que, a diferencia de lo secular, un misterio no se refiere a una
cuestión “misteriosa” o algo sin resolver (¡menos una historia de
detectives!), sino una “verdad hasta el momento desconocida y humanamente
imposible de conocer, pero que ahora es revelada por el Señor.” Cualquier
definición debe incluir todos los usos de dicha palabra en la Biblia.
En
uno de sus libros, Johan Bengel, un erudito bíblico alemán de hace años,
escribió, “Cualquiera que entienda veinte grandes palabras de la Biblia,
entiende la Biblia.” Nunca pudimos encontrar sus veinte palabras, así que le
proveeremos nuestras propias veinte.
1. Expiación.
Cuando se usa en conexión con los pecados en el Antiguo Testamento, significa
cobertura, pero no remisión. También significa la provisión de limpieza
ceremonial que se aplicaba a las personas o las cosas. No es una palabra del
Nuevo Testamento, pero en el lenguaje moderno ha adquirido el
significado de reconciliación entre Dios y el hombre a través de la obra
sacrificial de Cristo.
2. Elección.
La divina elección soberana de los creyentes antes de la fundación del mundo
“para que fuéramos santos y sin mancha delante de él” (Ef. 1:4). Esta doctrina
debe equilibrarse siempre con la verdad de la responsabilidad humana. El
hombre debe aceptar al Señor Jesús a través de un acto de su propia voluntad.
3. Fe.
Creencia o confianza, especialmente en el Señor y en Su Palabra. También usada
como el objeto de la creencia, como en “la fe que ha sido dada una vez a los
santos” (Judas 1:3).
4. Presciencia.
La mención consiente de personas y eventos antes de que éstos existan.
5. Perdón.
Remisión de los pecados y liberación de la culpa. El perdón de Dios está basado
en la obra de Cristo en el Calvario. El pecador recibe perdón judicial al
confiar en el Señor Jesús. El creyente recibe perdón paternal cuando confiesa
sus pecados.
6. Glorificar.
Honrar, alabar, adorar. La gloria de Dios es Su perfección. El creyente será
glorificado cuando reciba su cuerpo resucitado.
7. Evangelio.
Buenas noticias, generalmente las buenas nuevas de salvación. En un sentido
más general, puede referirse a todas las grandes verdades del Nuevo Testamento.
8. Gracia.
El favor de Dios para aquellos que no lo merecen, sino que, de hecho, merecen
todo lo opuesto. Es un regalo gratuito, que se recibe por la fe.
9. Justificar.
Contar como justo. El hombre justifica a Dios cuando reconoce que El es justo y
correcto. Dios justifica al hombre cuando éste se arrepiente y cree en el
evangelio. Esta última justificación es por gracia, fe, sangre, obras, poder, y
por Dios. Gracia significa que no lo merecemos. La fe es el medio por el cual
la recibimos. La sangre es el precio que fue pagado por Cristo. Las obras son
la prueba de nuestra justificación. El poder de la resurrección de Cristo
muestra la aceptación de Su obra por parte de Dios. Y Dios es Aquel que
justifica.
10. Ley.
Mandamiento. En el Antiguo Testamento, Dios probaba al hombre bajo la ley con
un castigo por cada falla. La
bendición estaba condicionada a la obediencia del
hombre. Los mandamientos del Nuevo Testamento son instrucciones justas para
aquellos que han sido salvos por gracia. Ahora la obediencia es motivada por el
amor, no por el temor al castigo.
11. Predestinación.
Pre designación de las personas para cierta posición o bendición por parte de
Dios. Los creyentes son predestinados a ser conformes a la imagen del Hijo de
Dios.
12. Propiciación.
El acto por medio del cual se muestra misericordia a causa de una paga
satisfactoria, como la obra sacrificial de Cristo.
13. Reconciliación.
Remoción de la enemistad y creación de paz entre dos partes. Los creyentes son
reconciliados con Dios gracias a que el Señor Jesús removió la causa del
conflicto, es decir, el pecado.
14. Redimir.
Volver a comprar. Éramos el pueblo de Dios desde la creación. A través del
pecado, nos volvimos esclavos de Satanás. Cristo nos volvió a comprar a un
costo enorme, Su propia sangre preciosa.
15. Arrepentimiento.
Una vuelta, un giro completo. Es un cambio en la manera de pensar respecto a
uno mismo, al pecado, a Dios y a Cristo, lo cual cambia también la actitud, y
por ende las acciones. Involucra no sólo la mente sino la conciencia. Es cuando
el pecador reconoce su impiedad, su perdición, su desamparo, y desesperanza, y
también su necesidad de gracia. Es ponerse del lado de Dios contra el propio
ego.
16. Resurrección. Cuando un cuerpo vuelve a la
vida. Siempre se refiere al cuerpo, nunca al espíritu o al alma.
17. Justicia. La calidad de hacer lo que es justo
y correcto, lo opuesto al pecado y la desobediencia. Dios es absolutamente
justo. El imputa (acredita en la cuenta) Su justicia a aquel que cree en
Cristo. Esa es la justicia posicional. De ahí en más, el creyente debería vivir
justamente. Esa es la justicia práctica.
18. Salvación. Liberación, ya sea del pecado, el
juicio, la prisión, morir ahogado, etc. A menudo se usa respecto a la salvación
del alma, pero el significado preciso debe ser juzgado según su contexto.
19. Santificar. Apartar. Cristo se apartó a sí
mismo para la obra de la cruz. La gente que no es salva puede ser santificada
por el Espíritu Santo, es decir, ser apartada a una posición de privilegio
externo. Los creyentes son apartados del mundo para Dios en el momento de su
conversión en cuanto a su posición, pero deben apartarse ellos mismos día a
día. Serán perfectamente santificados cuando estén en el cielo. Las cosas
inanimadas también pueden ser apartadas para el servicio del Señor.
20. Pecado. Cualquier pensamiento, palabra o hecho
que se aleje de la perfección de Dios. El pecado es la desobediencia, es hacer
lo malo, y fracasar en hacer lo que es correcto.
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