Sí, Jesús es el único camino al cielo. Una afirmación tan exclusiva puede rechinar en el oído postmoderno, pero no por ello deja de ser cierta. La biblia enseña que no hay otro camino para la salvación sino través de Jesucristo. Jesús mismo dice en Juan 14:6 " Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí". Él no es un camino, como en uno de muchos; Él es el camino, como el primero y único. Nadie, a pesar de su reputación, logros, conocimiento especial o santidad personal, puede venir a Dios el Padre excepto a través de Jesús.
Jesús es el único camino al
cielo por varias razones. Jesús fue "elegido por Dios" para ser el
Salvador (1 Pedro 2:4). Jesús es el único que ha bajado del cielo y ha
regresado allí (Juan 3:13). Él es la única persona que ha vivido una vida
humana perfecta (Hebreos 4:15). Él es el único sacrificio por el pecado (1 Juan
2:2; Hebreos 10:26). Él solo cumplió la ley y los profetas (Mateo 5:17). Él es
el único hombre que ha vencido a la muerte para siempre (Hebreos 2:14-15). Él
es el único mediador entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5). Él es el único
hombre a quien Dios ha "exaltado... hasta lo sumo" (Filipenses 2:9).
En varios lugares además de Juan
14:6, Jesús habló de sí mismo como el único camino al cielo. Él se presentó
como el objeto de la fe en Mateo 7:21-27. Dijo que Sus palabras son vida (Juan
6:63). Él prometió que aquellos que creen en Él tendrán vida eterna (Juan
3:14-15). Él es la puerta de las ovejas (Juan 10:7); el pan de
vida (Juan 6:35); y la resurrección (Juan 11:25). Nadie más puede
reclamar esos títulos.
La predicación de los
apóstoles se centró en la muerte y resurrección del Señor Jesús. Pedro,
hablando al sanedrín, proclamó claramente a Jesús como el único camino al
cielo: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12).
Pablo, hablando a la sinagoga en Antioquía, señaló a Jesús como el Salvador:
" Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia
perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no
pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree"
(Hechos 13:38-39). Juan, escribiendo a la iglesia en general, especifica el
nombre de Cristo como la base de nuestro perdón: "Os escribo a vosotros,
hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre" (1
Juan 2:12). Nadie más que Jesús puede perdonar pecados.
La vida eterna en el cielo
sólo es posible a través de Cristo. Jesús oró: "Y esta es la vida eterna:
que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado" (Juan 17:3). Para recibir el regalo gratuito de la salvación de
Dios, debemos mirar a Jesús y sólo a Jesús. Debemos confiar en la muerte de
Jesús en la cruz como nuestro pago por el pecado y en Su resurrección. "La
justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en
Él" (Romanos 3:22).
En un momento del ministerio
de Jesús, muchos de la multitud le estaban dando la espalda y saliendo con la
esperanza de encontrar otro salvador. Jesús les preguntó a los doce:
"¿Queréis acaso iros también vosotros?" (Juan 6:67). La respuesta de
Pedro es exactamente correcta: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras
de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios viviente" (Juan 6:68-69). Que todos compartamos la fe de
Pedro de que la vida eterna reside sólo en Jesucristo.
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