lunes, 26 de junio de 2023

LEYENDO DIA A DIA EFESIOS (3)

 

1.15 al 23: Oración por sabiduría espiritual


La gracia de Dios y la respuesta del creyente causan gratitud y oración en Pablo. ¿Cuántas gracias damos nosotros por todos los santos? ¿Cuánta mención hacemos por ellos por nombre, cada cual con su necesidad particular? ¿Oramos por su progreso espiritual, o sólo por su bienestar temporal? ¿Incluimos a todos; el que anda mal, el siervo fiel, el menor y el mayor? Hacer esto consume tiempo. Pablo nos dio un ejemplo: “Siempre orando por vosotros”, Colosenses 1.3; “orando en todo tiempo … por todos los santos”, Efesios 6.18.

Él ora al Padre de gloria, la fuente de donde emana toda verdadera gloria, para que alcancemos conocerle de veras. Debemos aprender su voluntad diligentemente de las Escrituras, y llegar a conocerle más y más. “… añadid a vuestra fe … conocimiento”, 2 Pedro 1.5; “a fin de conocerle”, Filipenses 3.10; “que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”, Colosenses 1.9.

Él quiere que los ojos de nuestro corazón sean alumbrados para conocer tres cosas y tener una convicción personal acerca de ellas:

Primeramente, debemos recordar que nuestro llamamiento trae en sí una esperanza, un ancla segura y firme para el alma. Somos salvos en la esperanza de una relación eterna con Cristo en gloria. Estar a la expectativa de aquel día es fortalecernos por las pruebas del presente. Fijar nuestro corazón no solamente en la redención del cuerpo sino también en estar con Cristo y ser como Él, nos librará de aspiraciones humanas.

Segundo, debemos considerar la abundancia de gloria que Dios tiene en su herencia en los santos. Todo verdadero israelita atesoraba grandemente la herencia asignada para él en Canaán. Pero Dios también tiene una herencia. Dijo Moisés, “La porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó”, Deuteronomio 32.9.

Debemos percibir nuestra salvación, no como una bendición para nosotros en primer lugar, sino como causa de placer y eterna gloria para Dios. Su obra espléndida en la creación física está eclipsada por sus triunfos morales y espirituales en su pueblo.

Tercero, necesitamos una convicción firme en cuanto a la supergrandeza de su poder. Es la poderosa fuerza que fue ejercida contra todos los poderes de las tinieblas cuando Él resucitó a Cristo de entre los muertos y lo entronó a su diestra por encima de todo. Este poder está disponible a nosotros que confiamos en él, y es un poder disponible ya.

“Lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros”, 1 Samuel 12.23.

por K.T.C. Morris

No hay comentarios:

Publicar un comentario