1. NUESTRO VIEJO HOMBRE —Romanos 6:6. Se refiere a todo lo que los creyentes eran como estando en la carne — ellos han muerto a eso en la muerte de Cristo.
2.
EL
VIEJO HOMBRE — Efesios 4: 22; Colosenses 3:9.
El hombre en general, bajo la primacía del Adán caído, o, "el pecado en la
carne".
3.
EL
NUEVO HOMBRE — Efesios 4: 24; Colosenses 3: 10.
Lo que los creyentes son como estando en "Cristo" —
en una "nueva creación".
Nota: En ninguna parte se dice que Cristo es el
"Nuevo Hombre". Nosotros leemos en cuanto a esto, "creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad". ¡Cristo no es un ser creado, o una criatura!
Aunque esto es cierto, es bastante correcto decir que el Nuevo Hombre es Cristo
de manera característica.
4.
UN
SOLO Y NUEVO HOMBRE.. Efesios 2: 15. Abarca a todos los creyentes de entre los
Gentiles y de los judíos.
5.
El
hombre INTERIOR—Romanos 7: 22; 2ª Corintios 4:
16; Efesios 3: 16. Es lo que es formado en el alma por la operación soberana de
Dios, mediante la actividad de un Agente divino — el
Espíritu Santo, el cual usa un instrumento divino —
la incorruptible Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre.
6.
EL
HOMBRE EXTERIOR — 2ª Corintios 4: 16. Lo que
nosotros somos por naturaleza o exteriormente.
7.
EL
HOMBRE INTERIOR — "Mas sea adornado el hombre
interior del corazón, con la ropa imperecedera de un espíritu manso y sosegado,
que es de gran precio delante de Dios". 1ª Pedro 3: 4 –
VM. Eso que ha sido formado en nosotros en un nuevo nacimiento —
un nuevo ser moral. Las gracias de este hombre interior del corazón han de ser
ornamentadas mediante la obediencia a la Palabra de Dios.
8.
EL
HOMBRE NATURAL — 1ª Corintios 2: 14. Este es un
incrédulo —
desprovisto de cualquier obra de Dios en él. Consecuentemente, no nacido de
Dios, ni sellado con el Espíritu Santo.
9.
EL
HOMBRE ESPIRITUAL, "Mas el hombre espiritual lo discierne todo, y él mismo
no es discernido de nadie". —
1ª Corintios 2: 15 - VM. El creyente, no solamente sellado con el Espíritu
Santo, sino andando según el Espíritu.
10. EL HOMBRE CARNAL —
1ª Corintios 3: 1, 3, 4. Un creyente que anda según la carne.
11. EL PRIMER HOMBRE —
1ª Corintios 15: 47. El orden en que el hombre fue creado.
12. EL SEGUNDO HOMBRE —
1ª Corintios 15: 47. El orden de la Humanidad de nuestro Señor—celestial,
santo, sin pecado.
13. EL PRIMER ADÁN—1ª
Corintios 15: 45. Adán, la cabeza caída de una raza caída.
14. EL POSTRER ADÁN —
1ª Corintios 15: 45. Cristo, la Cabeza de una nueva raza, raza que toma su
carácter de Él mismo.
15. EL HOMBRE TERRENAL —
1ª Corintios 15: 48. El origen del primer hombre fue el "polvo" —
"polvo eres, y al polvo volverás". (Génesis 3). Su carácter siendo
conmensurado con su origen — es decir, "terrenal".
16. EL HOMBRE CELESTIAL —
1ª Corintios 15: 48. El origen del "Segundo Hombre" fue "del
cielo". Siendo Su carácter, así como el de todos los que son de Su orden,
espiritual y celestial.
«Cuando
el Espíritu de Dios llama a nuestro Señor "el segundo Hombre", es
como si Él nos dijera que todos los demás hombres no son más que la
reproducción del Primer Hombre.» (cita de la revista "The Bible Treasury",
volumen 4, página 348). Nuestro Señor Jesucristo es diferente, distinto, y es
distinguido del Primer Hombre — espíritu, alma, y cuerpo —
Él ha sustituido y, por tanto, ha desplazado por completo al Primer Hombre.
Él ha sido resucitado de entre los muertos por la
gloria del Padre. Habiendo consumado la redención mediante Su muerte
sacrificial por el pecado en la cruz, Él ha ascendido adonde Él estaba antes.
Siendo exaltado por la diestra de Dios, Él ha enviado el Espíritu Santo a morar
en los Suyos (Hechos 2:33), que Él ha dejado en el mundo, para ser "otro
Consolador" (Juan 14) en Su espacio y en lugar de Él. También, como el
Postrer Adán, Él les ha dado vida en asociación con Él mismo como estando
glorificado. Por lo tanto, Él tiene una compañía aquí en este mundo desde donde
Él se ha marchado, en la que, por medio del Espíritu, Él está reproduciendo Su
vida.
«Todos
semejantes a Ti, para Tu gloria semejantes a Ti, Señor, Objeto supremo de
todos, por todos adorado»
Él
es el "Celestial", los Suyos son los "celestiales".
Si bien la Escritura enseña que "nuestro VIEJO
HOMBRE está crucificado con Cristo" (Romanos 6: 6), ella nunca enseña que
el Primer Hombre ha sido crucificado. Las relaciones humanas no pertenecen al
orden del "Viejo Hombre", sino al del "Primer Hombre", no
obstante, lo tristemente que han sido teñidas por los rasgos del Viejo Hombre.
Estas relaciones continuarán para los creyentes hasta que nuestro Señor venga a
buscarnos a todos nosotros, o hasta que la muerte intervenga. Si bien,
confiando en Cristo, nos hemos despojado del "Viejo Hombre" y nos
hemos "revestido" del Nuevo Hombre (Colosenses 3: 10), no nos
despojaremos del Primer Hombre hasta que dejemos esta esfera de
responsabilidad.
Moralmente, nosotros estamos ahora en el orden del
segundo Hombre; y el Espíritu de Dios, que hace que nos ocupemos de Cristo en
la gloria, produce en nosotros esos rasgos siempre agradables para nuestro Dios
en Cristo.
Es nuestro privilegio responder de este modo a esta
obra del Espíritu, a saber, que introduzcamos en las relaciones de la vida la
gracia del Hombre celestial. En breve estaremos con Él y seremos semejantes a
Él, en la gloria, y en aquel entonces habremos terminado ciertamente y para
siempre con el orden del Primer Hombre.
Los creyentes son: —
celestiales en origen, en carácter, y en destino. 1ª Corintios 15: 47, 48, 49.
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