Podemos responder a esta pregunta
planteando algunos ejemplos que a mi parecer son incorrectos poner en práctica
al momento de orar en la Cena del Señor.
El
primero tipo es dar gracias por todo los que nos ha pasado, por la lluvia caída
que riega los campos, por la salud de los hermanos, incluir palabras de
gratitud profunda. Lo anterior está muy bien para una reunión de oración, pero
para una reunión de adoración, como es la Cena del Señor, ese tipo de oración
debe ser excluida.
El Segundo tipo de oración que me
encontrado en mis años de participar en el partimiento del Pan es aquellas que
se alaba a Dios y en medio de la misma hay palabras de exhortación dirigidas a
los condiscípulos que están participando en la adoración. Este tipo de oración
no conviene ni para una reunión de oración, o nos dirigimos al Padre o a los
hermanos, las mixturas no corresponden en una oración.
El tercer tipo de oración la llamo el
discurso. Son aquellos que tienen escrito la oración y la leen. Tal vez, lo
hacen así, porque se creen incapacitados para expresarse en el momento que nos
levantamos para orar, porque creen que no tiene “el don de palabra” y no pueden
expresarse correctamente. Puede ser que esa oración esté correcta desde el
punto de vista de cómo se debe expresar en ese momento, pero la oración debe
nacer del momento, de cuan cercano y agradecido estamos del Señor y no de un
texto que pudo haber sido escrito por alguna otra persona.
Un cuarto tipo de oración es el
individualismo. ¿Que quiero decir con esto? Es aquellas oraciones en que el que
ora no lleva a los hermanos a la presencia de Señor. Hay expresiones como “yo”
en vez de “nosotros”, “te alabo” en vez “te alabamos”. Está bien este tipo de
oración cuando estamos solos, pero en la Cena del Señor no se está solo, somos
muchos. Como resultado me es muy difícil decirle amen a este tipo de oración.
Si algún hermano nuevo (o incluso con
años) comete algunas de estas prácticas, debe el hermano con mayor sabiduría y
con tacto dirigir y explicar la forma correcta de orar en estos momentos. Por ningún
motivo podemos a la “bruta” indicar que está mal lo que ha hecho, sino con amor
explicar y clarificar el modo correcto, de esa forma el hermano es edificado y no
herido.
Dicho lo anterior, ahora pondremos la
forma correcta, a mi entender (y que he escuchado de hermanos ancianos durante
los años de mi vida cristiana), de expresarnos cuando oramos en la Cena del
Señor.
Debemos tener siempre presente a quien
nos dirigimos y a quien alabamos: al Padre. Como somos un cuerpo compuesto de
muchas personas, no podemos ser “singulares” como si estuviéramos orando solos,
si no “plurales”, porque, como ya lo dijimos, el que está orando debe incluir a
todos en la oración, para que podamos todos decir con propiedad amen. Lo que hemos dicho anteriormente lo
graficamos con el siguiente ejemplo: Un hermano se para a ora y lo expresa del
siguiente modo: “Padre te alabo porque tú me salvaste”. Aquí vemos que ninguno
de los presentes en la cena del Señor está incluido en la oración. En cambio,
si hubiera dicho: “Padre te alabamos porque nos salvaste”, con certeza todos diremos
con fuerza amén, porque todos están incluidos en la oración que dirigió al
Padre.
El hermano que ora debe tener claro,
vuelvo a reiterarlo, que habla en representación de todos los hermanos. Se
imaginan si un grupo tiene una cita con el presidente de una nación, y uno de
ellos tiene que hablar en representación de los demás. ¿Qué pensarían el resto
del grupo y el presidente al escuchar al representante de hablar de “yo vengo a
expresarle ‘mi’ gratitud…”? Lo más
probable que en el grupo surja la siguiente pregunta “¿qué hago aquí?”. El creyente que ora habla por todo el grupo de
creyente que lo escucha en ese momento. Siguiendo con el ejemplo anterior, lo
que se espera de quien lleva “la voz cantante” es que diga algo como: “señor
presidente, los que estamos aquí queremos agradecerle por lo que
nos ha hecho, porque sin la ayuda no se hubiera logrado, etc.”
Para resumir, lo que deberíamos
expresar en nuestra oración en la Cena del Señor, son alabanzas al Padre por la
obra que el Señor Jesucristo; recordar lo él hizo por nosotros en la cruz del
calvario y nada fuera de eso. Expresar la gratitud por un bien concedido es
para una oración personal o de reunión de oración, pero no para la cena del
Señor. La oración que se hace la cena del Señor se expresan las perfecciones
del Señor Jesucristo: ¡eso lo que alaba al Padre!
Amados
hermanos, espero haber respondido la pregunta expresada en el enunciado.
Suyos en el Señor,
S.K.R.
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