capítulo 9: El apostolado cuestionado
¿Algunos en
la ciudad estaban cuestionando la autoridad apostólica de Pablo y de esta
manera intentando socavar su obra? Esto debe ser considerado y resuelto aquí y
ahora, ¿o de qué provecho será esta carta? Pablo trata el asunto de tres
maneras.
• Establece los derechos de su vida y servicio, vv 1 al 15. Les hace recordar que no
debería tener necesidad de certificar su apostolado, por cuanto ellos mismos
eran el sello de su llamamiento, siendo fruto de su ministerio. Además, ¿era
esencial haber visto al Señor para ser un apóstol? Le he visto, dice. ¡Él nunca
se olvidó del camino a Damasco!
Así que,
procede a defender su libertad apostólica. ¿Ellos dudan de sus derechos
físicos, matrimoniales y laborales? vv 4 al 6. ¿Acaso los soldados no sirven
por salario, los viñadores no comen del fruto y los pastores no viven de la
grey? Y ahora procede a precedentes escriturarias, citando la ley del buey en
la siega, el labrador y el sacerdote, vv 9 al 13. Entonces, ¿el que labora en
la esfera espiritual no merece recompensa en lo material? ¿El Señor no lo ha
autorizado? “Ordenó el Señor que los que anuncian el evangelio, que vivan del
evangelio”, v. 14.
Pablo ha
basado sus derechos sobre tres consideraciones: las normas de la vida, el
testimonio de las Escrituras y la palabra del Señor mismo. Derechos tenía, pero
los renunciaba por el bien del evangelio.
• Prosigue hablando de sus responsabilidades, vv 16 al 23. El evangelio era la carga
de su vida, y tenía la responsabilidad de velar por su necesidad. Le había sido
encomendada una mayordomía, y hacía todo por el bien del evangelio. Cumplía de
balde. Aun cuando podría sostenerse por la evangelización, lo hace manufacturando
tiendas. Su dedicación es a todos, buscando sólo su salvación.
• Luego afirma su decisión, vv 24 al 27. Esta determinación sacrifica sus derechos y sostiene
su responsabilidad. En una carrera el atleta se concentra en la meta; en los
juegos deportivos el participante piensa en la corona; cual boxeador en el
ring, Pablo se conformará con el encomio del Señor. También así va a “correr”,
sin hacer caso del desdén y de los adversarios imaginarios, disciplinándose y
negándose a sí mismo acaso sea rechazado.
Él ocupa un cargo, respeta una confianza y cumple una
comisión.
Lección: ¿Qué me cuestan mi obra y mi testimonio?
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