¿Cuál es la fe que
salva? Al responder a esta pregunta es necesario desarraigar de nuestros
pensamientos algunos conceptos preconcebidos y muy comunes, así como: La
cantidad de la fe; la calidad de la fe, el tipo de fe, etc. Estos calificativos
no afectan en lo más mínimo al caso. Lo que sí, importa, es el objeto de la fe,
es decir, en qué ponemos nuestra fe y lo podemos ilustrar de la manera
siguiente:
Existe un abismo sobre el cual se
tienden dos puentes, al parecer, iguales. Una persona tiene un montón de fe en
el primer puente y otra tiene su fe en el segundo, aunque su fe es débil, poca
y tambaleante. Pero a la hora de la travesía de estas dos personas en sus
puentes respectivos, la primera fallece al
Aquí no valen opiniones; lo que uno
piensa, lo que conjetura, etc., sino lo que Dios dice, y a propósito, ¿qué dice
Él? - "La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios",
Romanos 10:17. De modo que el objeto de la fe que salva es Dios Mismo con base
y guía en su Palabra.
Ahora vamos a analizar la fe y qué
mejor que la definición bíblica hallada en Hebreos 11:1. "Es, pues, la fe
la certeza de 10 que se espera, la convicción de lo que no se ve". En lo
que a nosotros se refiere, ¿qué es lo que se espera? Esperamos una salvación
que nos libre del efecto del pecado y que nos lleve al cielo. Sí; es algo que
no se ve, no es palpable y los sentidos no pueden asirse de ello. Lo que se
espera no es visible todavía y por esto la fe es la única forma de asirnos de
ello. Sin embargo, podemos tener "certeza" y "convicción"
al respecto - ¿Cómo? Por la fe. Recuerde
que "la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios". O sea
que Dios nos dice lo que debemos esperar y nos explica lo que no se ve, y la
fe, razonando que Dios es del todo confiable, lo acepta. El no tener fe es a la
vez dar un voto de no confianza en Dios; es aún peor: - "el que no cree, a
Dios le ha hecho mentiroso", (l Juan 5:10), lo cual es una acusación seria
de parte de Dios contra cualquier ser humano.
Es cierto que la fe en Dios es
opcional, pero los resultados de no tener fe no son opcionales. Así como Dios
expresa su agrado en quien le cree, dándole una gran salvación gratuitamente,
también expresa su desagrado de quienes rechazan o aun pasan por alto su
testimonio acerca del pecado, la muerte de su Hijo, su resurrección, y la
necesidad de creer en El y arrepentirse, y los consigna al castigo eterno. Y no
es simplemente porque no tienen fe, sino también porque al no tenerla, le
señalan a El de mentiroso - uno cuyo testimonio no es digno de ser creído. “Antes
bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso", Romanos 3:4.
La fe, pues, que salva es la que halla
su objeto en Dios, que acepta sus promesas como válidas; promesas, así como la
referente al perdón de pecados en el Nombre de Cristo, crucificado y
resucitado, Hch. 13:38; la de renovarnos la vida por medio de su poder, Ef.
1:19, 2 Co. 5:17; la de llevarnos a estar siempre con El, 1 Tesalonicenses
4:17, y unas tantas más que se hallan en la Biblia.
No, no es la cantidad, calidad o tipo de tu fe que te salva, sino el objeto de ella. Sé tú como un hombre que llegó a Jesús y le dijo, “Yo creo, ¡ayúdame a creer más!". Esta es la fe que te salva.
(Contendor Por la Fe – 211,212, 1981)
G.J. Fálconer
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