Génesis 22
….Dios
probó ahora a Abraham. La fe verdadera tiene que ser probada; cuando las
pruebas vienen sobre el creyente ello es una evidencia de que hay fe. Dios
conocía a Abraham, y cuando hubo llegado el momento apropiado en su vida, Dios
le hablo las palabras mediante las cuales él iba a ser probado. ¡Qué prueba fue
aquella prueba! ¡Tomar aquel hijo prometido, aquel amado, llevarle y darle
muerte sobre un altar! La razón podría haber dicho, «Dios prometió este hijo,
él fue dado por el propio poder de Dios, toda mi esperanza y expectativa se
centran en él.» o bien, «¿Cómo puede Dios pedirle a él que le dé muerte?» Pero
la fe no cuestiona la Palabra de Dios, y no tiene ningún «¿por qué?» para
preguntar a Dios. Esa fe se manifestó en Abraham cuando en el principio Dios le
dijo que saliera de su tierra, a una tierra que Él le mostraría. Él salió en fe
y no sabía dónde iba. Pero Dios le llevó a la tierra. Él conocía la fidelidad
de Dios. Y ahora, una vez más, se le pide que salga, a la tierra de Moriah, a
un monte desconocido, y que tome a su amado hijo para entregarlo. ¿Era todo su
corazón realmente para Dios? ¿Le ama él y depende de Él en grado sumo? ¿Estaría
él dispuesto a separarse del único y entregarlo? Esta es la prueba. El registro
muestra que no hubo ni un momento de vacilación de parte Abraham. Ninguna
palabra escapó de sus labios. La única respuesta que él dio a Dios fue que él
se levantó muy de mañana y comenzó de inmediato el viaje con Isaac.
¡Qué
palabra de fe cuando él dice, "Esperad aquí con el asno, y yo y el
muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros."! Hebreos 11: 17-19
nos presenta el secreto de ello.
Los
contemplamos yendo ambos juntos, Isaac llevando ahora la leña. Abraham puso la
leña sobre él. Una antigua exposición Hebrea de Génesis parafrasea esto
diciendo, «él puso la leña sobre él en forma de una cruz.» E Isaac habla
solamente una vez preguntando por el cordero. A lo que Abraham respondió,
"Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío." Luego,
ellos van juntos, e Isaac no volvió a abrir su boca nuevamente, 'como cordero
llevado al matadero'. Él mismo se deja atar sobre el altar. Él tenía confianza
absoluta en su padre y está dispuesto a ser muerto por él; no hubo ningún
forcejeo para ser libre. Él es obediente a su padre Abraham, obediente hasta la
muerte. El significado típico del acontecimiento es tan sencillo como precioso.
Isaac es el tipo de aquel "Unigénito." En Abraham contemplamos al
"Padre", el cual ni a Su propio Hijo Unigénito perdonó, sino que Le
entregó por todos nosotros. (Romanos 8:32 - VM). ¡Pero qué grande el contraste!
Dios Le entregó, el Hijo de Su amor, por un mundo pecador, rebelde. Y cuando la
hora llego y el Hijo estuvo clavado sobre el madero, no hubo ninguna mano que
refrenar. Él fue llevado al matadero como cordero y no abrió su boca (Isaías
53); y entonces Le oímos clamar, "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?" (Mateo 27:46). La mano de Dios estaba sobre Él, y Él, el
Santo, fue herido por Dios. Este es el cordero que Dios mismo ha provisto: el
"rescate" (Mateo 20:28; Marcos 10:45; 1 Timoteo 2:6) que Él ha
hallado, tipificado asimismo por el carnero trabado en un zarzal. Y en el Ángel
de Jehová, Él mismo, estuvo presente sobre la escena, conociendo todo aquello
que Él haría y padecería, cuando el tiempo designado hubiese llegado. ¡Qué
maravillosa es Su Palabra escrita! Y nosotros hacemos referencia, en estas
breves notas, solamente a unas pocas de estas prefiguraciones y verdades
reveladas en este capítulo. La atadura de Isaac sobre el altar y el hecho de
ser tomado desde este prefiguran la muerte y resurrección de Cristo.
"Jehová-Jiréh", Jehová ha visto (o Jehová provee) es el gran
fundamento. De esa provisión, el don de Su Hijo y Su obediencia hasta la
muerte, y muerte de cruz, emana la gran redención: Jehová-Ropheka (Éxodo 15:26), Jehová tu sanador, a
continuación. Después sigue Jehová-Nissi,
Jehová es mi bandera, (victoria, Éxodo 17); Jehová-Shalom, Jehová
[envía] la paz (Jueces 6:24); Jehová-RoI,
Jehová es mi pastor (Salmo 23:1); Jehová-Zidkenu,
Jehová justicia nuestra (Jeremías 23: 5, 6); Jehová-Shammah,
Jehová está allí (Ezequiel 48:35).
Traducido del Inglés por: B.R.C.O.- Marzo 2011
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