lunes, 20 de junio de 2022

Figuras de Cristo (6)

 

Isaac y el cordero

Génesis 22:1-14


Éstos hermosos versículos nos muestran que Abraham quería ofrecer a Isaac en sacrificio a Dios. En esto, Abraham es una Figura de Dios mismo que ofreció a su único Hijo como sacrificio por el pecado. En este capítulo también leemos de un cordero que murió en lugar de Isaac. Este cor­dero es una figura del Cordero de Dios, que murió por nosotros. Así que, hay dos figuras de Cristo en este capítulo.

Pensemos primero acerca de Isaac, el hijo amado de Abraham. En el vs. 2 leemos que él era el único hijo de Abraham y que Abraham lo amaba. Dios no reconoció a Ismael, el hijo de Agar porque Agar no era la esposa de Abraham. Sara era la esposa de Abraham y las promesas de Dios eran por Isaac, el hijo de Sara. Pero ahora, Dios ordena a Abraham tomar a este hijo, a través del cual las promesas serían cumplidas y ofrecerlo en holocausto.

En estos versículos, Abraham nos habla de Dios e Isaac del Señor Jesucristo, el Hijo de Dios. Véase Marcos 1:11. Abraham no rehusó ofrecer a su hijo en sacrificio. Dios tam­poco negó a su propio Hijo, sino que lo ofreció por todos nosotros, Romanos 8:32.

Isaac era el hijo que Dios había prometido a Abraham y es figura de Cristo, a quien Dios prometió enviar al mundo, Génesis 17:16; 3:15; Isaías 7:14.

El nacimiento de Isaac había sido un milagro porque sus padres eran muy ancianos para tener hijos, Génesis 18:11. El nacimiento de Jesús aquí en la tierra, fue también un milagro, porque él no tuvo padre humano. Dios mismo fue su padre. El Espíritu Santo vino sobre María cuando ella era virgen y ella dio a luz al Señor Jesús sin haber estado con un hombre. Ambos, Isaac y Cristo, nacieron como Dios lo había prometido antes, Génesis 21:2 y Gálatas 4:4.

Dios dijo a Abraham cuál debía ser el nombre de su hijo, antes de que Isaac naciera, Génesis 17:19. Él también dijo a José qué nombre debería dar al hijo de María antes de que naciera, Mateo 1:21.

Abraham amaba a Isaac e Isaac obedeció a su padre. Ellos estaban contentos cuando iban juntos al monte Moriah, donde Abraham lo ofrecería a Dios, Génesis 22:2-6. El Señor Jesús también fue obediente a su padre; él pudo decir que siempre hizo la voluntad de su Padre, Juan 8:29. Abraham creía a Dios y sabía que Dios cumpliría sus promesas, aun cuando Isaac muriera. Por eso dijo a sus siervos que él e Isaac irían a adorar y que volverían a ellos, vs. 5.

Abraham e Isaac subieron a la montaña juntos para preparar el sacrificio. Abraham construyó el altar, arregló la leña, ató a su hijo, Isaac, y lo puso sobre el altar, sobre la leña. Luego, Abraham tomó su cuchillo y alzó su mano, listo para sacrificar a su hijo.

Estas cosas son ciertamente un cuadro de la cruz donde Dios el Padre ofreció a su amado y único Hijo. La sangre de Jesús fue derramada cuando murió en sacrificio por nuestros pecados.

La voz de un ángel evitó que Abraham sacrificara a Isaac, pero Dios permaneció en silencio cuando los hombres crucificaron a su Hijo. Él no evitó la muerte de su Hijo, sino que lo dió en sacrificio por todos nosotros.

En Génesis 22 vemos que Isaac fue liberado de la muerte, llegando a ser así un tipo del Señor Jesucristo cuando resucitó de la muerte.

Ahora consideremos la segunda figura de Cristo en este capítulo. Isaac preguntó a su padre dónde estaba el animal para el sacrificio, vs. 7. Abraham respondió que Dios lo pro­veería, vs. 8. Ahora, después que el ángel habló, ahí estaba el animal trabado por sus cuernos en una zarza, vs. 13. Dios lo había provisto para morir en lugar de Isaac y él quedó libre. Entonces, Abraham tomó el animal y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo, vs. 13.

Este animal es también un tipo o figura de Cristo. La sangre de Cristo fue derramada para redimir a los pecadores. Pedro nos dice que nosotros fuimos liberados por la preciosa sangre de Cristo, que fue como cordero sin mancha, ni defec­to, 1 Pedro 1:18,19.

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